En la obsesión que tiene Tebas por quitar a Rubiales como presidente de la Federación, o al menos por ponerle un contrincante fuerte en las elecciones que tienen que celebrarse esta temporada, ha pensado en un nombre propio que ayer contó Alcalá en El Partidazo de COPE. El de Iker Casillas. Un nombre que resulta sorprendente. Primero, porque está todavía en activo. Tiene que tomar una decisión esta temporada sobre si sigue o no sigue. Y segundo, porque resulta complicadísimo imaginarnos a Casillas metido en el lío tremendo que es ser presidente de la Federación, al margen de que no es fácil, al margen de que la fama y los éxitos de Casillas no le garantizan ni mucho menos triunfar en la Asamblea, a Casillas habría que decirle que es casi más difícil ser presidente de la Federación que campeón del mundo.