La obra de arte de Miguel Ángel que le convierte en un falsificador: "Le hizo irrumpir en la historia y ser quién es"
Un cardenal de Roma lo compró, no sospechó nada al principio, pero con el tiempo se dio cuenta de que era muy moderna; su decisión cambió la vida del artista

Alberto Herera descubre curiosidades de la historia como la falsificación de Miguel Ángel de la mano de la historiadora Ana Velasco
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En la historia del arte, hay gestos que cambian destinos. Uno de los más sorprendentes —y paradójicos— fue protagonizado por Miguel Ángel Buonarroti, genio del Renacimiento, que debe su irrupción en la historia a una falsificación artística. Sí, el mismo autor de la Capilla Sixtina comenzó su carrera engañando, con escultura, a un cardenal de Roma que buscaba antigüedades.
Según explicó la historiadora Ana Velasco en la sección Curiosidades de la Historia del programa de Herrera en COPE, el joven Miguel Ángel, desconocido por entonces, talló un Cupido dormido, una obra de una belleza tan clásica que su promotor, vinculado a la familia Médici, vio una oportunidad: “Esto no lo vamos a vender como tuyo, Miguel Ángel, porque a ti no te conoce nadie”, le advirtió. La solución fue enterrarla para que pareciera antigua. La intención: hacerla pasar por una escultura clásica y venderla como tal.

David de Miguel Ángel en Florencia
“Lo enterraron, lo envejecieron… esto era típico”, comentó Velasco en antena. “Los falsificadores lo hacen mucho: compran lienzos antiguos, los hierven, usan barnices que se oxidan… para que parezca realmente que es original”.
Un engaño que cambió su vida
La escultura fue vendida a un cardenal de Roma, uno de tantos coleccionistas fascinados por el mundo grecorromano. En un principio, no sospechó nada. Pero, con el tiempo, algo no encajaba. La obra tenía un estilo demasiado moderno. Y aunque pudo haber acabado en un escándalo, la reacción del cardenal fue tan inesperada como providencial para la historia del arte.
“Se dio cuenta como que era muy moderna, como que ya tenía el estilo este de Miguel Ángel”, relató Velasco. “Y en vez de castigarlo, hizo que se pusiera en contacto con él y le encargó la primera gran obra”.

Con motivo del cuarto centenario del escultor italiano Miguel Ángel Buonarroti, se ha organizado una exposición especial de obras maestras del gran escultor. La famosa "Piedad" era solo una copia de la escultura original, que el 3 de abril partirá de Roma con destino a Estados Unidos, al igual que el espléndido "David", cuya cabeza fue agrandada para esta exposición especial.
Aquella obra fue un Baco que todavía puede contemplarse en el Museo del Bargello de Florencia. A partir de ese encargo, la carrera de Miguel Ángel despegó. No fue castigado, sino impulsado. Ese gesto cambió el rumbo de su vida y, con él, el rumbo del arte occidental.
La gloria tras el engaño
Esta anécdota, que parece salida de una novela de ficción, revela una dimensión poco conocida de uno de los mayores artistas de todos los tiempos. En palabras de Ana Velasco: “Fue ese falso Cupido lo que hizo que Miguel Ángel irrumpiera en la historia del arte y fuera quien es”.
La historia ha absuelto al genio. Y aunque su primer paso hacia la fama fuera a través del engaño artístico, la obra que produjo después acabó consolidando su legado como uno de los grandes maestros del Renacimiento. El cardenal, lejos de denunciar la falsificación, reconoció el talento que se escondía bajo ese mármol supuestamente antiguo.