Cómo ayudar a tu bebé a comunicarse: una técnica que mejora el vínculo emocional y estimula el habla
El baby sign es una herramienta basada en un lenguaje de signos que busca entender a los pequeños antes de que digan sus primeras palabras

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La primera palabra de un bebé es uno de los momentos más esperados por cualquier padre. Sin embargo, mucho antes de hablar, los pequeños ya se comunican con el mundo que les rodea. Lo hacen mediante pequeños gestos como frotarse los ojos cuando tienen sueño, llorando si sienten hambre o levantando los brazos cuando quieren ser cogidos.
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Sin embargo, estas señales muchas veces resultan indescifrables para los progenitores. A día de hoy, existe una forma de canalizar toda esa comunicación pre-verbal para entender mejor lo que sienten y necesitan.
Es lo que propone el baby sign, una herramienta basada en la lengua de signos adaptada para bebés, que permite a los más pequeños expresar necesidades básicas con las manos antes de poder hablar. Marta Serra, madre de tres hijos y fundadora de Baby Sign Academy, ha pasado por 'Herrera en COPE' y ha explicado cómo ha convertido esta herramienta en una guía para muchas familias que buscan una comunicación más clara, temprana y afectiva con sus bebés.
un lenguaje de signos para bebés
“El baby sign permite a los bebés expresar cosas como ‘leche’, ‘dormir’ o ‘más’ con las manos, en lugar de llorar”, explica Marta. Según su experiencia, este lenguaje gestual no solo facilita la vida diaria, sino que también mejora el vínculo emocional entre padres e hijos, reduce frustraciones y potencia el desarrollo del lenguaje verbal. De hecho, no retrasa el habla, como muchos creen; al contrario, la estimula al reforzar la asociación entre el gesto y la palabra hablada.
Marta recomienda empezar a introducir los primeros signos cuando el bebé ya muestra interés por interactuar, generalmente entre los 6 y 8 meses. Señales como seguir la mirada o responder a estímulos son indicadores clave. “Cada bebé es un mundo, pero si ya ha iniciado la alimentación complementaria y tiene rutinas establecidas, es un buen momento para empezar”, asegura.

Los primeros signos suelen ser funcionales, como leche, dormir o comer, ya que resuelven necesidades diarias. Otros, como pelota, baño o música, conectan con el mundo emocional y lúdico del bebé. Marta recomienda empezar con unos pocos, repetirlos cada día con constancia y siempre acompañarlos con la palabra verbal. Así, el niño asocia el gesto con el sonido y refuerza su aprendizaje.
Además de sus cursos y libros, Marta ofrece recursos prácticos para comenzar desde casa, como el uso de tarjetas, imágenes reales u objetos cotidianos. “Cuantos más sentidos involucremos, más potente es el aprendizaje. Una sandía que se toca y se prueba enseña más que una foto”, explica.
Este método, utilizado por Marta desde el nacimiento de su primera hija, ha demostrado no solo ser eficaz en casa, sino también en guarderías y con otros miembros de la familia. Los bebés que usan baby sign se vuelven más visibles, participativos y seguros, lo que genera entornos más tranquilos para todos.
En un mundo donde las prisas y la incertidumbre pueden dominar la crianza, el baby sign ofrece una herramienta poderosa: entenderse antes de hablar, un regalo que transforma la primera etapa de la infancia en un diálogo lleno de sentido.