El 'crimen perfecto' de la sumisión química: así funciona la pulsera que detecta droga en una copa
Tras el mediático caso de Giselle Pelicot, una empresa española desarrolla un dispositivo que alerta de la presencia de droga

Escucha la sección de A Ciegas del jueves 2 de octubre
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El programa 'Herrera en COPE', en su sección 'A Ciegas' conducida por María José Navarro y Alberto Herrera, ha abordado el 'crimen perfecto' de la sumisión química. El debate se ha centrado en el caso de Giselle Pelicot y en la presentación de una innovadora pulsera detectora de drogas en bebidas, creada por la empresa española Celentis.
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El caso que visibilizó el horror
El caso de Giselle Pelicot ha conmocionado a la sociedad después de que su marido, Dominique Pelicot, la drogara y permitiera que 72 hombres abusaran sexualmente de ella entre 2011 y 2020. Su hija, Caroline Daria, ha recogido recientemente el premio internacional Vanguardia en nombre de su madre, quien renunció a su anonimato para que la "vergüenza cayera sobre el lado de los acusados".
Al recoger el galardón, su hija explicó que buscan "utilizar la tragedia familiar para impulsar la erradicación social de la sumisión química". Afirmó que este fenómeno, a menudo subestimado, es una "epidemia silenciada" presente en fiestas, celebraciones e incluso dentro de las propias familias.

Giselle Pelicot ha vivido un infierno estos años sin ni siquiera ser consciente de ello
Una solución en la muñeca
Para combatir esta lacra, la investigadora y administradora Isabel Ceballos, de la empresa Celentis, ha presentado en el programa unas pulseras capaces de detectar droga en la bebida. Ceballos ha explicado que la idea surgió en la universidad y evolucionó desde viales líquidos a pulseras por una cuestión de "usabilidad" y para "tenerlo siempre a mano", nunca mejor dicho.
El funcionamiento es sencillo: basta con mojar un dedo en la bebida y dejar caer unas gotas sobre los dos sensores de la pulsera. Si el líquido contiene GHB (éxtasis líquido), burundanga o MDMA, los sensores cambian de color. Ceballos ha señalado que el GHB "es la droga que más se utiliza" en Europa para estos fines.
Las pulseras, con un coste de entre 1,50 y 2 euros, ya se han probado en fiestas populares de Pinto y del distrito de Chamartín en Madrid con una "buena acogida". Aunque no se detectó ningún positivo, Ceballos cree que el dispositivo actúa como un elemento de prevención: "Es también un mensaje muy claro de, oye, aquí no".
Isabel Ceballos, de 29 años, ha confirmado que la preocupación es real y extendida entre las jóvenes. "Siendo parte de ese sector, puedo decir desde dentro que sí es una conversación que hemos tenido, desgraciadamente, más de una vez", ha comentado, subrayando la utilidad de esta herramienta para sentirse más seguras.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.