A lo largo de estos dos últimos años hemos presenciado nevadas tan copiosas como en el Ártico, pandemias internacionales, todo tipo de sustos. Ahora, también parece que llegan los ovnis, o eso dicen desde Estados Unidos. A todo esto se suma la gran cantidad de ratas que hay en todo el mundo, algo que temen los científicos. En países como Tanzania están tan extendidas que incluso atacan a los bebés, a los ancianos, las cosechas... La pregunta es la siguiente: ¿Podrían estos animales causar una nueva pandemia?

Esta mañana pasaba por los micrófonos de 'Fin de Semana COPE'Sergio Monge, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Sociedad Ambiental (ANECPLA), quien explicaba que "su control es, desde luego, muy necesario", sobre todo el de las especies de alcantarilla y las negras, las principales causantes de la pérdida de biodiversidad en todo el mundo y que tan solo "se encargan de eliminar algunos de los residuos de los alcantarillados y sirven de alimento a algunos de los depredadores de las mismas".

Y es que estos animales forman, podríamos decir, una "gran población", por lo que hacer una eliminación total de las mismas es complicado por varias razones aunque, la más importante tiene que ver con sus ciclos biológicos en los que "los períodos de gestación son muy cortos y las camadas muy amplias, lo que hace que existan explosiones demográficas de manera continuada", señalaba Monje.

La parte buena de esta situación es que hoy en día nos hemos digitalizado y disponemos de distintas herramientas para poder denunciar estos casos a los servicios de gestión de plagas. El problema viene cuando intentamos matarlas, ya que resulta bastante complicado insertarlas un veneno convencional. En el caso de conseguirlo, envían a los mayores de la camada a comerse todo lo nuevo que aparece y "toman nota" de si esas unidades mueren porque son capaces de asociar la presencia de un veneno con la muerte.

"Esto se debe al comportamiento neofóbico", comentaba el experto, lo que hace que no se acerquen a él. "Si ellas asocian la muerte de un congénere con el veneno, automáticamente van a dejar de consumirlo". Pero, como siempre existen más soluciones. En este caso, lo único que resulta eficaz es el veneno anticoagulante, que "hacen que el roedor muera por derrames internos", para lo que se necesitan varias infestas y días para que haga efecto.

Como apuntábamos al principio, Tanzania parece ser el lugar donde más problemas causan. Y no son pequeños ni insignificantes. Algunas se aproximan a los recien nacidos, pero otras llegan, incluso, a comerse los dedos de los pies de los ancianos, lo que se trata, probablemente, "de otro tipo de animales que, por alguna razón, pueden llegar a ser más agresivos".

¿En qué medida suponen un peligro?

No hay que olvidar que este tipo de especies traen varios problemas, siendo el más importante el de la transmisión de bastantes enfermedades, algunas de ellas bastante serias como pueden ser la enfermedad del buey, la leptospirosis, peste negra o la salmonela, aunque, actualmente, con los sistemas de gestión de plagas, las administraciones y los avances en la medicina, "es complicado que puedan transmitirlas de una manera fácil, aunque debemos estar atentos porque son un problema de salud pública", finalizaba Sergio Monge.