Habla un espía español: “Llevaba una pistola astra en el calcetín”
Jaime Rocha fue del CESID y defiende en Fin de Semana con Cristina que “los servicios de información españoles no son la TIA”

Habla un espía español: “Llevaba una pistola astra en el calcetín”
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
¿Crees que la vida del espía se parece a la de 007, James Bond, con coches de lujo, aparatos sofisticados y lujo en cada país al que viaja? Ya puedes ir cambiando la mentalidad porque no tiene nada, pero nada que ver.
Jaime Rocha lo atestigua en Fin de Semana: es exespía del CESID y tuvo que infiltrarse en varios países, entre ellos Libia. De hecho una de sus misiones más importantes inspira su nuevo libro, ‘Operación El Dorado Canyon’, que de hecho está “bendecida” por el CNI.
Rocha ha relatado a Cristina que su aventura como espía “empieza en 1979 cuando estaba en Rota, cuando se crea el CESID. Necesitaban completar una plantilla y unos compañeros de promoción me invitaron a unas cervezas para decirme que me querían fichar. Me dijeron que no era ganar dinero sino ganas de hacer cosas por tu país”.
Claro, la vida del espía es secreta, o debería serlo, por eso, explica Rocha, “cuando yo me iba de viaje no familia no sabía nada de mí, solo se enteraban a la vuelta".
El libro nace, entonces, “como una especie de explicación hacia la familia empecé a escribir la novela animado por un gran periodista. Cuando la terminé hablé con un compañero vuestro, Ángel Expósito, y me animó a publicarla y hasta aquí hemos llegado hoy”.
Un libro sobre un espía y sobre algo confidencia… ¿No es extraño? Mucho, por eso reconoce Jaime que “lo más conocido con el servicio de inteligencia es el espía que se infiltra en otro país, pero eso no puede trascender ni a la familia ni a nadie y hay que tener mucho cuidado con lo que se cuenta”.
"Hay una razón fundamental por la que se produce la operación 'El Dorado Canyon'”, cuenta Rocha: “El atentado en Berlín. 10 días después se produce el bombardeo de Libia. Entonces la CIA pidió al CESID que mandase a alguien a localizar a Gadafi y a ver qué tenían antiaéreo. Fue un agente y luego fui yo porque era el único que podía ir".
Sorprendida ha dejado a Cristina al reconocer que este espía llevó una pistola encima siempre, de hecho en el tobillo izquierdo: “Lo hicoe porque era obligatoria, eran los peores años de ETA. Para mí era riesgo diario. Yo llevaba a mi hijo a la universidad y antes miraba el coche por debajo".
Sobre la eterna comparación que hacen muchos de asegurar que los servicios de inteligencia españoles son como la TIA, la agencia de Mortadelo y Filemón, Rocha no se anda con rodeos: "Es absolutamente mentira y me molesta mucho. El nuestro es comparable a cualquier servicio de inteligencia de cualquier país avanzado del mundo. Muchos compañeros míos se han dejado la vida y han muerto haciendo su trabajo, y esas cosas no se saben pero yo sí. Uno de nuestros objetivos es que los españoles sepan que tenemos un servicio de inteligencia modélico".