Un último estudio indica que de cara al futuro laboral los niños querrían que sus jefes fueran Cristiano Ronaldo y ellas dicen que prevén un futuro laboral sin tener un jefe. Nos hemos cansado de esos finales básicos y clásicos.

Así lo recoge Covadonga González Pola, autora del libro “las niñas ya no quieren ser princesas”.

Para la escritorsa, “los editores más que jefes, son amigos”. Covadonga recoge en este libro distintos cuentos de Disney, pero con un pequeño, gran giro; dar la vuelta a los finales de dichas películas.

Lo que pretende decir la autora a las protagonistas de estas historias es “despierta y haz algo”. Es el ejemplo de la película la Bella y la Bestia, donde Bella quería mucho a su padre e insistía en que su padre era un genio, pero Covadonga piensa que “nos la colaron” con bonita cinta. Y es que al principio se ve a la protagonista como una lectora rebelde que no se quiere quedar en el pueblo, pero al final Bella se queda con la Bestia porque realmente él le salva la vida. Pero la realidad es que le salva porque ella se ha escapado del castillo y él la lleva de nuevo secuestrada. Y claro, esto se ve como una historia tóxica, ya que se tiene que tener cuidado porque esa docilidad no va a hacer que la bestia deja de ser la bestia. Ante una situación así, “¿tienes que protegerte o quedarte viviendo en las mismas?", pregunta Covadonga.

Respecto a la película de Aladín, la autora de este libro propone a Yasmín como Sultán en lugar de Aladín. Porque el padre de la princesa le da el reino a un señor que no sabe si va a llevarlo bien, si va a saber reinarlo o no. Y de esta manera, Yasmín podría haber conocido a Aladín, tener un romance y haber podido reinar ya que es la hija del rey.

Pero también, Covadonga da sentido común a películas como El Rey León. Y saca de de esta película que las Hienas (malas en la película) son de los pocos grupos animales donde las que manda es la hembra. Por tanto una reflexión curiosa es, “si las leonas pueden unirse entre ellas para solucionar los problemas pueden unirse también de esta manera, a las hienas”.

Lo que nos ha quedado claro es que tenemos que dar un repaso con nuestros familiares a todas las películas de Disney y decidir en qué momento podemos ir acompañando la visión que comparte Covadonga -o la nuestra propia- en las películas.

La autora se declara una fan incondicional de las películas de Disney y está de acuerdo en la vida que llevan los protagonistas de las mismas, a pesar de que ella va “a seguir buscándome la vida por mi cuenta”.

Lo bonito es que evolucionen estas historias con el paso del tiempo.