De media hay algunas personas que pasan cinco horas diarias conectadas a Internet a través de cualquier dispositivo; ¿y qué pasa con las redes sociales? Pasamos más de dos horas conectados a ellas al día.

Pero los más afectados son los jóvenes entre 14 y 25 años. La dependencia al teléfono afecta a más adolescentes que la droga: Si no se usa con moderación pasamos a tener síndrome de abstinencia (lo que se traduce en agresividad y angustia). También podemos arrastrar problemas de salud relacionados con el dolor de cabeza, malestar estomacal, dificultades para dormir, etc.

Contra el uso excesivo de la tecnología, la Fundación Aprender a Mirar y Sonae Sierra han desarrollado un proyecto titulado “Mi vida es tuya”. Un video donde reflejan el verdadero problema de vivir conectado.

Domingo Malmierca, Adjunto a la Dirección de la Fundación Aprender a Mirar lo explica así en 'Fin de semana'. El perfil de la persona dependiente responde al de un joven, también adulto, con pocas habilidades sociales, escasa relación afectiva y con un bajo control de los impulsos. El estar todo el día pendientes del móvil y sobre todo de las redes sociales se deba a la aceptación social, baja autoestima o aburrimiento por conductas rutinarias.

WhatsApp al final es un elemento del que estamos pendientes siempre porque nos mantiene conectados con los demás.

Según los datos del INE relativos a 2017, un 25 por ciento de los niños de 10 años tienen móvil en España. Otro estudio de la Fundación Telefónica cifraba en un 29 por ciento los niños de entre 6 y 9 años que declaraban tener un móvil propio.

Un 15 por ciento de los adolescentes reconocer que están pendientes del móvil cuando están en clase. El Gobierno regional madrileño ha anunciado que piensa prohibir, mediante una norma autonómica, el uso de móviles en los colegios.