“En Cataluña mandan las mismas familias desde hace 100 años y encabezaron la ruptura”
Javier Cercas, periodista y escritor, presenta en Fin de Semana con Cristina su nueva novela ‘Independencia’ y pone el foco en su evolución personal

“En Cataluña mandan las mismas familias desde hace 100 años y encabezaron la ruptura”
Publicado el - Actualizado
7 min lectura
Se sospechaba que estaban ahí. En el interior de nuestra cabeza, en algún pliegue escondido del cerebro. Ahora ya las han detectado. Las han llamado “células de tiempo”. Son las responsables de construir el contexto que hace que nuestra memoria no sea un revoltijo de acontecimientos desconectados entre sí, sino el hilo argumental de la biografía de cada uno de nosotros.
Con ese hilo tejen los escritores sus historias para contar, y de manera especial aquellos que escriben a golpes de puño contra las sombras del pasado, para no sucumbir, para no dejar caer los brazos frente a una memoria implacable y ciega. En ese lado del cuadrilátero podría estar Javier Cercas, quien ha asegurado en Fin de Semana con Cristina que “no tiene una manera de ver las cosas y se refleja en lo que escribe, aunque yo intento renovarme siempre para poder decir cosas nuevas, pero al final eres quien eres y se refleja en lo que escribes, inevitablmente”.
Javier sueles decir que “la memoria es el Cielo para quienes no creemos en el Cielo”, como una eternidad a escala humana, y él reconoce tener “envidia” de los que creen en el Cielo: “Te lo digo de verdad, y envidio a mi madre, que cree profundamente y con una seguridad absoluta en que hay una vida eterna. Por desgracia yo no, y me encantaría, de verdad, porque es maravilloso, y os tengo una envidia tremenda. Los que no creemos en él tenemos otra cosa: la memoria. Los muertos perduran en ella, y ya está, no tienen otra forma de perdurar. Alguien no muere del todo mientras alguien lo recuerde”.
Javier viene con su nueva novela, “Independencia”, que tuvo a Cristina muy entretenida de madrugada porque no podía dejar de leer, pero antes de comentarla la directora del programa hace un recorrido sonoro para saber si esos sonidos le dicen algo al escritor: la trompeta de Miles Davis, la historia del senador Ransom Stoddard en ‘El hombre que mató a Liberty Balance’, el tango de Gatica, la felicitación del Rey, Los 3 Sudamericanos, Rafa Nadal afirmando que se aprende más de los éxitos que de las derrotas, la rocambolesca proclamación de la República catalana, los ataques de Barcelona y Cambrils de 2017, la Creedence... ¿Esa puede ser la memoria de una vida? “Es una mezcla explosiva, no tengo palabras, desde las canciones que escuchaba las canciones en el coche de mi padre cuando íbamos de viaje hasta al Rey”, reconoce emocionado.
Nos vamos al día de los Santos Inocentes de 1966, y llovía. Tenía entonces 4 años y esa fecha marcó su vida para siempre: “Fue un día decisivo, y mi madre siempre dice ‘menuda inocentada’ porque ese día llegué con mi madre a Gerona desde el pueblo cacereño de Ibahernando. Es el segundo día que recuerdo de mi vida. Yo soy, esencialmente, un desarraigado, a mí me sacaron de mi sitio, que era mi pueblo, Extremadura, y me mandaron a otro lado, y quizás por eso soy escritor, perdí mi lugar en el mundo y sigo buscándolo, pero en todo caso soy un catalán y español normal y corriente. Mi caso no es excepcional”.
Javier también reconoce que, de no haber salido del pueblo, “a lo mejor habría sido veterinario” como su padre: “Es lo que yo pienso, y debe ser verdad porque mi madre lo confirma. Las madres siempre tienen razón. Lo de ser escritor no iba con mi familia, no hay ninguno en mi familia ni literatos, mis abuelos eran labradores extremeños y mi padre estudió veterinario, pero escritor… es una cosa muy rara. Creo que soy escritor por esa sensación de orfandad que te crea esa sensación de marcharte de tu casa. Y encima, como era habitual en la gente de mi generación, en verano volvíamos al pueblo, así que volvía a ser el hijo de Blanca y José y el nieto de mi abuelo, volvía a ser ese personaje, un crío protegido por la familia, eso te crea un desajuste permanente. La literatura ha sido mi forma de ajustarme”. “Estuve hace no mucho en el Vaticano, una experiencia maravillosa, con el cardenal que se ocupa de asuntos culturales”, relata Cercas, “y tuvimos una conversación sobre cultura y religión, fue apasionante porque es un hombre muy sabio con mucho humor, y yo le decía que soy escritor por doble desarraigo: geográfico y porque a los 14 años perdí la fe por culpa de Unamuno. Era muy católico y lo perdí. Y le contaba que la literatura fue mi modo de recuperar esas certezas que había perdido, y así fue mi vida”.
Antes de dedicarse por entero a la escritura también fue profesor - un poco a contrapelo- en la Universidad de Illinois. Estuvo dos años y se volvió con la convicción de que Estados Unidos no es un país para vivir: “Eso dice un personaje de un relato que escribí y… mira, yo no quería vivir allí. Viví fascinado allí, es cierto, pasé dos años maravillosos, pero siempre digo que descubrí allí que era español. Me fui con la idea de ser un escritor posmoderno norteamericano, era mi sueño, y allí descubrí que era español. Para saber quién eres tienes que salir y apartarte de ti mismo, así sabes lo que te falta”.
‘El hombre que mató a Liberty Balance’ es su “película fetiche, la mejor que se ha hecho nunca, tiene una complejidad extraordinaria, aunque no sé dónde la vi por primera vez, pero sí sé que no he parado de verla desde entonces”
Se cumplen ahora 20 años de la novela que le lanzó como escritor, ‘Soldados de Salamina’. De pronto recibe elogios de grandes como Vargas Llosa, Doris Lessing, Steiner, Coetzee... ¿Qué ha aprendido con su éxito? Porque Rafa Nadal, al que él admira, dice que aprende más de los éxitos que de las derrotas: “Nadal es un tipo totalmente extraordinario. Lo normal es, y lo sabes, aprender de los fracasos. La genialidad es que él aprende del éxito y dice que de él se puede aprender siempre y cuando no te conformes con él, que todo lo has hecho bien. Del éxito he aprendido bastantes cosas, como que el éxito literario te granjea enemigos, y puede ser un problema. Antes de los 40 años no tenía un solo enemigo, y luego hay gente que… en fin. Luego aprendes que el éxito de verdad consiste en hacer lo mejor posible tu trabajo y en ser, como diría Nadal, una persona correcta. El resto viene de añadidura”.
Y así llegamos a la nueva y, por ahora, última novela, ‘Independencia’, que nos remite obligatoriamente a la anterior, ‘Terra Alta’, con la que ganó el Premio Planeta hace dos años y que es la que marca otra frontera en su carrera, de hecho afirma que, “desde ese, momento no sólo soy otro escritor sino otra persona”: “Porque ahí hay un cambio de rasante. Cuando acabé de escribir ‘El monarca de las sombras’, que trata de mi familia, del héroe de mi familia, era vital, y cuando lo hice pensé ‘no puedes seguir por aquí’ porque corría un gran riesgo de ser un mero imitador de mí mismo, convertir en fórmula lo que era necesidad. ‘Terra Alta’ es un cambio en mi trayectoria, con muchas cosas, y ese cambio se produce por un shock, por una voluntad de cambiar y reinventarme, necesitaba cambiar como escritor, y también un cambio como persona, y ese cambio es en 2017. Como muchos catalanes, he vivido como un shock lo que ocurrió desde 2012 pero, sobre todo, en el otoño de 2017. Después de ese momento soy otro, nunca creí que viviría lo de ese momento y lo resumo en una frase que no es mía, era de Josep Fontana, que es en Cataluña se vivió un ‘clima prebélico’. Nunca pensé que iba a llegar algo así, que se iba a partir uno de los lugares más privilegiados del mundo. Para mí eso fue un shock brutal y ‘Terra Alta’ surge de eso. El tema no es el procés ni la independencia ni el problemón en que estamos metidos, pero sí es el carburante. Los escritores nos alimentamos de lo malo, no de lo bueno, en un mundo feliz no habría literatura, y novela ninguna. De las crisis, del dolor, es nuestro carburante. Para mí lo ocurrido allí ha sido muy bueno porque necesitaba cambiar y me ha alimentado”.
“‘Independencia’ es la segunda parte de ‘Terra Alta’”, explica Javier Cercas, “el protagonista es el mismo, aunque es independiente, cualquiera puede leerla sin haber leído ‘Terra Alta’, pero quien lo haya hecho conocerá a varios personajes. Y seguramente haya más novelas, pero ya veremos, no está muy definido. La idea es escribir una larga novela compuesta por novelas separadas”.