Hay demasiados dedazos en este Gobierno. Uno de los más graves ha sido poner a Pablo Iglesias al frente de los servicios del Centro Nacional de Inteligencia. Aprovechando unas medidas que se tomaban para establecer recursos económicos en la lucha contra el covid, o sea nada que ver con esto, se metió de cajón el que tanto Pablo Iglesias como la mano derecha del presidente, el gurú Iván Redondo, se incorporan a una de las comisiones del CNI.

Fue una decisión cuestionada en su momento que ahora el Tribunal Constitucional considera inadecuada pero lo cierto es que al terminar esta etapa, termina también un riesgo muy importante para España porque indudablemente Pablo Iglesias está asimilado a los intereses del chavismo y al chavismo le interesa saber lo que hace la Inteligencia española, lo que hacen los espías españoles.

Era una situación de peligro que gracias al Constitucional, al menos ahora, podemos superar.