"Nuestros hijos son más conscientes de los riesgos del calentamiento global: reciclan más y consumen menos procesados"

Cristina López Schlichting analiza la trigésima cumbre del clima que arranca mañana en Brasil y las advertencias de los científicos sobre esta materia

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¡Muy buenos días España!

Bienvenido a tu programa de la Cadena Cope, esto se llama Fin de Semana y te saluda Cristina López Schlichting en nombre de todo el equipo que te acompaña sábados y domingos de diez a dos.

Cielos más despejados hoy, con esa borrasca que ya se marcha por Baleares y que allí aún dejará lluvias. Tras las aguas, cierzo fuerte aquí, cerca del Ebro, porque te saludamos desde Haro, en la Rioja. En Canarias, nubes y algún chubasco en el norte en las islas de mayor relieve. De ayer es la trágica noticia de la muerte de tres personas por golpes de mar en Tenerife. Tres fallecidos y más de una quincena de heridos, todos cuando el mar se los llevó de zonas expuestas al oleaje.

Este domingo por la tarde llega otro frente, cargado de Lluvias para Galicia, Asturias y extremo norte de Castilla y león que volverá traer nubes al resto de la península. Olcina nos daba el pronóstico para la semana que entra.

Estamos en La Rioja, en medio de la belleza del campo de las viñas tejidas de rojo y rodeados de iglesias medievales y palacios renacentistas. Menuda región para unas días familiares de vacaciones. Kayak, esquí en Valdezcaray y, para los más pequeños, el Barranco Perdido con las emocionantes huellas de los dinosaurios y un espectáculo que mueve la imaginación. La Rioja es emoción sin límites y te la servimos con Lariojaturismo.com, porque La Rioja es el arte de las pequeñas cosas.

Mañana empieza en Belem, Brasil, la trigésima cumbre del clima. Durante todo el fin de semana han llegado los mandatarios de todo el mundo y se han ido celebrando las reuniones preliminares. Con toda esta gente haciéndose fotos y nuestro presidente repitiendo que hay que hacer elecciones en Valencia, y no en España, corremos el riesgo de estomagarnos y no atender a esta cita internacional.

Pero no hay que hacer caso a los mandatarios que todo lo aprovechan egoístamente. Jorge Olcina hace años que nos advierte todos los fines de semana de una cosa tan evidente como el alarmante calentamiento del Mar Mediterráneo, cuyas aguas se condensan después las peligrosísimas Danas, mucho más fuertes que las tradicionales gotas frías. Hace tiempo que las noticias nos sobresaltan con huracanes devastadores y más frecuentes, inundaciones, sequías y desgracias que, ente otras cosas, revelan que el planeta se adapta como puede al calentamiento que han provocado las revoluciones industriales y el uso inmoderado de los combustibles fósiles.

¿Por qué se hace este año la cumbre en esta ciudad brasileña de nombres peculiar, Belem? Pues porque llevábamos años reuniéndonos en Oriente Medio, donde se producen las más grandes cantidades de petróleo y esta vez se ha decidido mirar a las selvas del Amazonas. La Amazonía cumple una función insustituible. Sus bosques absorben el 15 por 100 del dióxido de carbono del planeta y regulan patrones climáticos continentales que afectan a la tierra entera. 

La deforestación producida por los incendios, la explotación inadecuada, la minería ilegal y la expulsión de las tribus indígenas merecen un poquito de atención y la búsqueda de soluciones. Por ejemplo el Fondo Internacional de Bosques Tropicales que busca un mecanismo que propone fondos para los países forestales , aunque la deforestación se pare completo. Es una forma de compensar, de modo que la selva no se financiaría por su destrucción sino por su conservación.

En Belem se reúnen mañana 50.000 personas de 197 países. Con el ritmo actual la tierra va a alcanzar un calentamiento de 2,1 y 2,6 grados más. Eso significa la desaparición de numerosas ciudades anegadas por el mar, que sube de nivel; tifones y tormentas más violentas, por la condensación, que anegan superficies habitadas con desgraciadas consecuencias y el final de los glaciares en los polos terrestres y las cumbres. 

Los científicos dan mucha importancias a esta cita. Subrayan que sostener la meta de rebajar el calentamiento a 1,5 grados es crucial. Y eso exige no sólo la reducción global de emisiones sino ayudar a los países más pobres, que no pueden depurar, incorporar nuevas energías o adecuar las ciudades por sus propios medios. Si no lo hacemos, los más desfavorecidos tendrán cada vez más dificultades para acceder al agua, la salud, la energía necesaria para una vida digna. 

El informe de la Organización Meteorológica Mundial revela que la temperatura media mundial en lo que llevamos de este año ha sido 1,42 grados superior a la de la era pre industrial. Frenarla ahí, impedir que suba por encima del 1,5 por 100, es un objetivo viable que las nuevas generaciones tienen ya muy presente. Nuestros hijos reciclan más, consumen productos cercanos, que no exigen tanto transporte contaminador, eligen alimentos menos procesados y saben perfectamente que los residuos y las espumas van inevitablemente a la tierra y el mar.

Visto en ABC

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