“En IFEMA hemos logrado que algunos enfermos terminales puedan despedirse de sus cercanos”
Puri Vicente es enfermera y está trabajando en el hospital improvisado en IFEMA. Cuenta en Fin de Semana con Cristina su experiencia

Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Puri Vicente, enfermera, no dudó en irse a IFEMA a la mínima que pudo, “un ímpetu, un impulso”, como ella misma reconoce. Le ha contado a Cristina en Fin de Semana que “quería estar pero no sabía cómo, hablé con varias compañeras pero no había manera”, hasta que un domingo le llegaron “dos o tres ‘whatsapps’ de que se necesitaba personal, los seguí, me llegó un correo a mi dirección asistencial y a los pocos días me llamaron. No pensé mucho en las consecuencias de lo que podría implicar, me apunté directamente”.
Puri ha relatado también cómo fue llegar al pabellón: “Me impactó, me vistieron con un traje especial para prevenir contagios, muy incómodo. Se me puso delante un espacio enorme con pacientes postrados y sin mucha luz. Alrededor de los pacientes había personitas vestidas de blanco y naranja inclinados sobre ellos”.
Ya una vez dentro y trabajando, la enfermera asegura que pensó que sería difícil atender “sin que te pudieran ver los ojos”, pero ya se ha acostumbrado: “Hay mucho trato de manos, de acariciar. Una mirada dice muchísimo porque ver los ojos hace que entres más en la profundidad del otro, su incertidumbre y su miedo, de la espera. De ahí nace cogerte y apretarte la mano y se te salen las lágrimas. Aquí solo están los ojos, y una mirada dice mucho de la profundidad del hombre”.
Aunque lleva poco tiempo en el hospital, Puri ya tiene su momento marcado: “Me he enfrentado a decirle a alguien que está peor: un señor mayor, expolicía con hijos, fue empeorando y de él lo que más recuerdo poder estar hablando con él. Yo le veía peor y llegó un momento en que le pregunté si se podía levantar y me dijo con la cabeza que no. Para mí era muy importante acariciarle y que no tuviera miedo. Le dije ‘seguro que sabes alguna oración’ y avisé a su familia, porque si lo vemos claro avisamos”. Y eso es muy importante en estos días porque hay muchas familias que no están pudiendo despedirse de sus fallecidos: “Aquí sí, se despiden, pueden hacerlo. Aquí se puede prever y hasta hay un sacerdote y les puede ver y acompañar en sus últimos minutos de vida”.



