La semana pasada veía la luz la Memoria anual de Cáritas Española, donde hemos vuelto a comprobar los estragos que causa la pandemia en nuestro país. El informe FOESSA también da buena cuenta del impacto que ha producido el coronavirus en España. La secretaria general, Natalia Peiro, explica también lo que ha sido la última Asamblea General de Cáritas y analiza la situación en la que han quedado muchaspersonas con la COVID 19.

Peiro cuanta que ha sido "una asamblea diferente, la primera de la historia en formato online y ha funcionado todo muy bien. Hemos tenido grupos de trabajo para ver el impacto que está teniendo el COVID y hemos sacado conclusiones muy interesantes. La capacidad de daptarse a las nuevas formas de acompañar a las personas, la voluntad de afrontar nuevos retos y por supuesto la alegría de volver a encontrarnos".

Un dato preocupante que deja la labor que realiza Cáritas en España es que antes de la crisis "la mitad de las personas que estaban acompañadas por Cáritas recibían ingresos y ahora mismo, solamente uno de cada cuatro hogares está recibiendo algún tipo de ingreso. Es una caída enorme para ellos".

Además se da la circunstancia de que en estos momentos difíciles aparecen nuevas personas solicitando ayuda, "pero no son perfiles muy diferentes. Repuntan las peticiones por parte de las familias jóvenes con hijos, un poco de los inmigrantes irregulares... pero suelen ser personas de perfil muy común: empleo precario o irregular, familias monoparentales -casi siempre una muje-r y son personas que no tienen habilidades digitales".

Otro tema que preocupa mucho es el de la vivienda: "Vemos que los costes en vivienda y suministros son costes que hacen a algunas familias perder un porcentaje de ingresos tan alto, que no pueden hacer nada más. Sale a la luz y queremos que se aproveche para tener en cuenta esta realidad más vulnerable. La vivienda ha sido en esta crisis un escudo protector fundamental... y en realidad lo es siempre".

"Notabamos que estaba siendo un año típicio de un ciclo de crecimiento que duraba ya unos años: habían bajado el número de voluntarios, incluso la inversión en programas... y ahora mismo tenemos voluntarios en lista de espera. En esta crisis las personas han sacado lo mejor de ellos mismos. Hay que mantenerles y que formen parte de esa responsabilidad compartida, no solo nosotros, sino también las empresas para cuidarnos los unos a los otros".

Y no se olvida de mencionar que no somos los únicos en crisis: "Cáritas Internacionalis puso en marcha una iniciativa para compartir información sobre la pandemia y ya hemos tenido que reformular programas específicos por valor de siete millones. Todas las Cáritas están comprometidas, pero el impacto ha sido tan fuerte que tenemos que esperar a ver qué está pasando en otros países sin respiradores y sin medios".