La Confraternidad Carcelaria de España cumple 30 años. Acompañando a los presos durante su estancia en prisión y haciéndoles una propuesta de reconciliación. Carmen Rubio es la vicepresidenta y fundadora y relata cómo surge esta iniciativa en los micrófonos de El Espejo de la Cadena COPE.

Carmen Rubio cuenta que "la labor de esta confraternidad "comenzó porque un preso quebrantó condena, no volvió al centro cuando le correspondía. Tuvo un accidente y fuimos a visitarle un grupo de renovación carismática a rezar por él, porque estaba en el hospital penitenciario. Comenzamos a visitar a los presos siete personas y así empezó la historia.

"Había muy pocas cárceles en España, comparadas con las de ahora. Los capellanes eran funcionarios y así comenzamos a ir para predicar el Evangelio y ayudarles".

El sello específico de la Confraternidad Carcelaria "es que el objetivo era ir a hablar de Jesús. Comenzamos con este objetivo y es el que sigue siendo. La evangelización es lo más complicado. Se ha comenzado un concurso literario de las mujeres donde están participando más de 3000, se hacen talleres del perdón, sesiones de cine con valores... Comenzamos muy pocos, pero se está extendiendo gracias a Dios y nos sentimos parte de la pastoral penitenciaria. Hacer que el preso se sienta libre".

Uno de los grandes problemas para las personas que han pasado tiempo en la cárcel es qué viene después, cuando son libres físicamente: "Al principio teníamos pisos de acogida con voluntarios, ahora colaboramos con Caritas. Les damos alimento una vez al mes para bastante tiempo, se atiende a las familias de los presos, se proporciona material escolar... Tenemos un programa para que haya familias que se solidaricen que se comprometan a llevar un regalo para los hijos de los presos".