"Bienvenidos a vuestra casa", fue el saludo del arzobispo de Granada, Javier Martínez, al arzobispo Néstor de la Iglesia Ortodoxa Rusa, al rubricar el pasado sábado la cesión en usufructo, por un periodo de 30 años, de la iglesia de San Bartolomé a la comunidad ortodoxa rusa de la ciudad. La iglesia de San Bartolomé está ubicada en el Alto Albaicín y permanecía cerrada a culto desde el año 1965.

La firma del acuerdo tuvo lugar tras la celebración de la Divina Liturgia ortodoxa, a la que asistió también la pastora de la Iglesia Evangélica Española en Granada Eva Domínguez. Fue un gesto ecuménico y de fraternidad entre cristianos de distintas confesiones, que se ha repetido en distintas ocasiones en el marco de la Semana de oración por la unidad de los cristianos, que culminó ayer.

El arzobispo de Granada expresó su alegría porque dos iglesias que se han ignorado, o que no han tenido ocasión de convivir en aquel territorio, se acercan ahora, y se acercan más a Jesucristo, que es la forma de estar más cerca unos de otros. Por su parte el arzobispo Néstor, del Patriarcado de Moscú para España y Portugal, habló de un día muy especial para la pequeña comunidad ortodoxa en Granada, pero también para todos los cristianos de la ciudad. Y manifestó su deseo de que la comunidad ortodoxa sea digna sucesora de los cristianos que han celebrado su fe en la iglesia de San Bartolomé en tiempos pasados.

Ya el domingo, durante la eucaristía celebrada en la Catedral, Monseñor Martínez quiso compartir con los fieles de Granada la alegría de este paso hacia la unidad, y animó a todos a seguir trabajando en el camino ecuménico. A esta celebración asistió el arcipreste ortodoxo Mikhail Ustímenko, que a partir de ahora será el responsable de la iglesia de San Bartolomé, en la que después de 56 años vuelve a celebrarse la liturgia para dar gloria a Dios, para que crezca el amor a Jesucristo y la bendición de Dios sobre los hombres