Si por algo ha destacado este verano es por la gran cantidad de cambios que ha experimentado el panorama eléctrico español. El mes de junio supuso la entrada en vigor de la nueva tarificación eléctrica, cuyo objetivo es fomentar el uso de las redes en los periodos tarifarios donde la saturación es menor y desincentivar su uso en las horas de mayor demanda. A finales de ese mismo mes, el Gobierno anunció la aprobación de 1.320 millones de euros para impulsar las instalaciones de autoconsumo y el almacenamiento de la energía renovable (baterías) en España. Durante los meses de julio y agosto, el mercado eléctrico fue registrando máximos históricos casi a diario, hasta alcanzar los 117,29 €/MWh el pasado 13 de agosto. Con todo esto en mente, el autoconsumo solar se ha convertido en la solución óptima para evitar ser arrastrado por las fluctuaciones del mercado y empezar a ahorrar, de verdad, en la factura.

Cada vez son más las familias y empresas que se atreven a dar el paso hacia el autoconsumo. Si el año pasado se instalaron 596 MW de nueva potencia fotovoltaica en instalaciones de autoconsumo en España -un 30% más que en 2019, según UNEF- o, lo que es lo mismo, el equivalente al consumo total de unas 300.000 viviendas, todo apunta a que en 2021 seguiremos en esta línea. Puede que incluso se supere. Y es que no es de extrañar que el autoconsumo esté experimentando un auge en estos últimos meses, no solo por la rentabilidad de las instalaciones y por las posibilidades de financiación, sino por las facilidades que se van dando desde las administraciones públicas.

Por ejemplo, en una vivienda unifamiliar cuyo consumo sea de 100€ al mes, el ahorro anual en la factura de la luz sería de 500€, con un retorno de la inversión en torno a los siete años. Y, además, permitiría evitar la emisión de unos 900 kilos de CO₂ a la atmósfera cada año. Esto es posible gracias a la innovación y a la tecnología, que permiten planificar una instalación en detalle, según las pautas de consumo del usuario y en base al cálculo del lugar preciso del tejado en el cual obtendrá un mayor rendimiento. Con un buen esquema de financiación, se trata de una inversión que los consumidores pueden amortizar a través del ahorro que les generan la propia instalación.

Todo esto demuestra que, si de verdad se quiere cumplir con el ambicioso objetivo de que el 42% de la energía consumida en 2030 proceda de fuentes renovables, es necesario fomentar alternativas como el autoconsumo solar tanto para particulares como para empresas. Nuestro futuro tiene que ir encaminado hacia estas nuevas formas de consumo energético inteligente, por eso es necesario que los consumidores estén bien informados de todas las alternativas que ya hay disponibles.