Su hijo era primordial en sus vidas. Y así lo demostraban. Gabriel estaba por encima de cualquier dificultad y de cualquier nueva pareja que alguno de los dos tuviera. De hecho, ambos comenzaron un nuevo camino sentimental por separado y eso no fue obstáculo para hablar frecuentemente del niño ni para educarle bajo las mismas premisas.

La estrecha relación entre Patricia y Ángel puede que no entrara en los planes de Ana Julia, la novia del padre de Gabriel. Sin embargo, los investigadores apuntan que los celos, que la dominicana tenía del pequeño Gabriel, pudieron ser el móvil del crimen. “El niño era lo que Ángel más quería”.

Ángel y Ana Julia residían en la calle Horacio de Vícar -lugar donde detuvieron a la novia del padre de Gabriel-, a 20 kilómetros de Almería capital. Gabriel pasaba la mayor parte del tiempo con su madre pero eran muchos los fines de semana y festivos que el niño estaba con su padre, en Vícar, o con su familia paterna, en las Hortichuelas -último lugar en el que se vio a Gabriel con vida-.

Ángel, que es químico y trabaja en una empresa de fitosanitarios en Almería, planeaba vivir con Ana Julia en una finca de Rodalquilar, propiedad del padre y hermano de Ángel.

Gabriel y su madre vivían en Almería. El pequeño de ocho años estudiaba en el Colegio Virgen del Loreto y Patricia, trabaja como técnico de actividades deportivas de la Diputación de Almería. Concretamente, en el Grupo de Gestión Zona 4 (Levante, Los Vélez). Actúa también como speaker de carreras y eventos deportivos que organiza la diputación. El acoso que sufrió durante dos años le mantuvo apartada de su actividad por un tiempo.