El Museo Arqueológico de Lorca expondrá una misteriosa cabeza de piedra que cayó de la torre Alfonsina del castillo
Un modillón con forma de rostro humano del siglo XIII, hallado en el barrio de Santa María, se incorpora a la colección tras una minuciosa restauración

Lorca - Publicado el
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El Museo Arqueológico de Lorca acaba de incorporar a su colección permanente un modillón con forma de cabeza humana que perteneció a la torre Alfonsina del castillo. La misteriosa pieza fue hallada en la ermita del Cristo de la Carrera, en una ladera del barrio de Santa María, a los pies de la fortaleza, y acaba de ser restaurada por técnicos municipales.
Un rostro del siglo XIII
Este elemento arquitectónico, tallado en piedra caliza de las canteras lorquinas de Murviedro, data del siglo XIII. Con unas medidas de 23 centímetros de alto por 19 de ancho, la figura, de rostro fiero, está decorada con una corona o diadema y se cree que formaba parte del conjunto de cabezas de morfología fantástica que adornaban las esquinas de la torre Alfonsina, de la que debió desprenderse y posteriormente se reutilizó en la esquina exterior de la ermita.
Guardianes de la Torre Alfonsina
Los modillones son elementos voladizos sobre los que se asienta una cornisa y en el caso de la torre Alfonsina aún se conservan varias de estas cabezas de piedra, distribuidas en tres unidades por esquina a diferentes alturas. Sin embargo, muchas de ellas se encuentran muy deterioradas, lo que aumenta el valor del ejemplar ahora recuperado.
La decoración de las torres del castillo es muy austera, por lo que "tener un elemento de estos decorativos que nos ilustre de cómo lo hacían es importante", ha dicho el director del museo, Andrés Martínez. Estas figuras estaban diseñadas para ser vistas desde abajo y se situaban en las esquinas para marcar la separación entre las distintas plantas.
Una pieza clave para el museo
El castillo es un Bien de Interés Cultural (BIC) y esta pieza forma parte de él, por lo que "es interesante que se valorice y se tenga en el museo" ha dicho Martínez. Su incorporación permite al público observar detalles que normalmente pasan desapercibidos, ya que "siempre vemos la torre desde abajo, y no tenemos estos elementos tan cercanos".



