Cartagena recupera el Día de la Flor: una ofrenda de amor, fe y solidaridad a la Virgen de la Caridad

“Y vamos todos, con flores a porfía, con flores a María, que Madre nuestra es…”  ¿Quién no recuerda esta canción con cariño desde los días del colegio? Mayo, el mes de las flores, vuelve a cobrar sentido en Cartagena con la recuperación de una de sus tradiciones más entrañables: el Día de la Flor, una ofrenda a la Santísima Virgen de la Caridad, Patrona de la ciudad, que también tendrá un componente solidario con destino al Real Hospital de Caridad.

Este 31 de mayo, la Basílica de la Caridad abrirá sus puertas durante todo el día para acoger a los fieles y visitantes que deseen llevar una flor y un donativo. La iniciativa, impulsada por la Junta de Hermanos del Santo Hospital de Caridad, busca revivir una costumbre muy arraigada en la memoria de los cartageneros, especialmente entre los más mayores, quienes aún recuerdan cómo los colegios acudían en procesión floral al centro para honrar a la Virgen.

El rector de la Basílica, Fernando Gutiérrez Reche, explica que esta tradición se enfrió en los últimos años debido al traslado de muchos centros escolares a las afueras y al cierre temporal del templo por obras. Sin embargo, el deseo de devolver a la ciudad una de sus celebraciones más simbólicas ha llevado a recuperar este acto de fe, gratitud y caridad.

las actividades

“Es una costumbre muy sencilla, pero muy grande al mismo tiempo”, afirmó Gutiérrez Reche. “Tendremos Eucaristías a las 10 de la mañana y a las 7 de la tarde, con el rezo del Rosario antes de cada una. Durante todo el día se podrá hacer la ofrenda de flores y también un pequeño donativo para ayudar a quienes más lo necesitan.”

La dimensión solidaria de esta jornada es fundamental. El Santo Hospital de Caridad, que depende en gran medida de la ayuda altruista, atiende a enfermos y personas en situación vulnerable. Las donaciones se destinarán a cubrir necesidades básicas como ropa, medicinas y atención social, en un contexto en el que la demanda y los costes no paran de crecer.

“El hospital hace una labor impagable”, resaltó el rector. “Hay mucha gente sin recursos, también muchas personas extranjeras que requieren atención y acompañamiento. Este trabajo lo sostienen hermanos voluntarios y el espíritu de la caridad que representa nuestra Patrona.”

La Basílica permanecerá abierta todo el día para quienes deseen llevar sus flores y rezar a la Virgen. El objetivo: que toda Cartagena participe, recupere la emoción de la infancia y rinda homenaje a la Virgen con el mismo amor de antaño.

Porque no se trata solo de flores: se trata de revivir una tradición, compartir esperanza y ofrecer ayuda a quienes más lo necesitan. Este 31 de mayo, Cartagena volverá a ser un jardín de fe y solidaridad.