El 11 de diciembre de 1987 ETA colocá un potente coche bomba frente a la casa Cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza que hizo explotar a las siete de la mañana. El atentado, obra del comando Argala compuesto por ciudadanos de origen francés, causó la muerte de 11 personas y casi un centenar de heridos, la mayoría de ellos civiles. Entre los fallecidos, ETA terminó con la vida de cinco niños.

“Para mi todavía hoy es muy doloroso recordar aquel día” cuenta en esta entrevista Francisco José Alcaraz que perdió en aquel atentado a su hermano Ángel de 17 años y a sus sobrinas Miriam y Esther, dos gemelas de tan solo tres años. “Durante más de 20 minutos estuve llamando al teléfono del cuartel, el 976 291 145, pero no contestaba nadie. Fue entonces cuando puse la televisión y lo primero que vi fue la muñeca que había regalado a una de mis sobrinas”,recuerda José.

Francisco José Alcaraz se había marchado unos días antes del cuartel a su casa en Jaén porque sus padres se lo habían pedido ante el miedo a posibles atentados. “Mi hermano se quedó con el resto de la familia porque tenía que terminar sus estudios” Dice quien fuera Presidente de la AVT entre 2004 y 2008 que uno de los grandes errores de la sociedad española fue el convivir y normalizar los atentados terroristas. Para José Alcaraz es una desazón y una derrota ver como ahora desde las instituciones quienes “antes decidían quien vivía y quien moría, decidan ahora como vamos a vivir”

Alcaraz se muetra pesimista en esta entrevista sobre el futuro judicial que le espera a Josu Ternera en España.”Con Ternera, dirigente de la banda cuando ETA cometió el atentado de Zaragoza, harán un Bolinaga 2. Dirán que ya es muy mayor o que está enfermo y lo dejarán en libertad”. Las víctimas hemos perdido, sentencia el hermano de Ángel y tío de Miriam y Esther.