"Nuestros hijas e hijos tenían menos derechos": el hito que repara la histórica deuda de Euskadi con las familias monoparentales

El día a día de una familia monoparental es "ajetreado". Así lo describen Elena e Izaskun, dos madres que han experimentado cómo toda la estructura familiar se vuelve "más endeble" cuando depende de una sola persona. Tareas como hacer la compra, cocinar o acompañar a los hijos al médico, sumadas al soporte emocional, suponen un esfuerzo que a menudo lleva al agotamiento al final del día. Aunque se intentan crear redes de apoyo con familiares, la responsabilidad principal recae sobre una única persona, generando una sobrecarga constante y la sensación de no tener derecho al descanso o al disfrute personal. Escucha su valioso testimonio en COPE Euskadi clicando junto a la imagen superior.

Un limbo administrativo y social

Hasta ahora, las familias monoparentales denuncian haber estado en un "limbo administrativo". La ausencia de una definición clara y unificada provocaba que cada administración o entidad aplicara su propio criterio para ofrecer pequeñas ventajas, generando un desorden constante. "Hemos estado sin definir, sin saber quién es o quién no es una familia monoparental", explican, lo que dificultaba el acceso a derechos y ayudas de manera consistente.

Hemos estado en un limbo administrativo"

Madres en familia monoparental

Esta falta de reconocimiento no sólo afectaba a las madres o padres, sino que tenía una consecuencia directa sobre sus hijas e hijos. Izaskun lamenta que, por "desconocimiento" de las instituciones, se ha legislado sin tener en cuenta a este modelo de familia, dejándola sistemáticamente atrás. "Nuestros hijos tenían menos derechos que el resto de los niños", afirma, una situación que el nuevo marco legal busca revertir.

Nuestros hijos tenían menos derechos que el resto de los niños"

Las familias numerosas estaban reconocidas y las monoparentales no

Un decreto para cambiarlo todo

Tras 17 años de reivindicaciones, un nuevo decreto del Gobierno Vasco reconocerá a las familias monoparentales como una unidad con entidad propia. A partir del 1 de enero, se podrá solicitar un certificado digital que acreditará esta condición, unificando por fin la definición. Este avance, considerado un "hito" por las asociaciones, equiparará en parte a estas familias con las numerosas, abriendo la puerta a nuevos derechos y prestaciones.

Nuevas ayudas y un horizonte de mejoras

En la práctica, el cambio traerá mejoras económicas directas, especialmente para familias con hijos pequeños. Entre las medidas anunciadas, destaca la extensión de la ayuda de 100 euros mensuales para los hijos de 4 a 7 años y un incremento del 30% en las ayudas a la conciliación para quienes soliciten excedencias o reducciones de jornada. Se trata de un avance "considerable" que ya cuenta con una base legal clara.

El siguiente paso es llevar este reconocimiento al resto de instituciones, como diputaciones y ayuntamientos. El objetivo es que se aplique en ámbitos como las tarifas de servicios públicos, impuestos como el IBI, matrículas universitarias o el acceso a plazas en udalekus o colonias durante las vacaciones. "Ahora podremos acreditar fácilmente que somos familia monoparental, cosa que hasta ahora era imposible", subraya Izaskun.

Más allá de las ventajas económicas, las madres destacan el valor del "reconocimiento social" al esfuerzo que supone sacar adelante a un hijo en solitario. La meta final, concluyen, es que la sociedad apoye a todos los modelos de familia para poder "criar con calidad y calidez", porque, como sentencian, "los niños en esta sociedad son un valor supremo".