Bulos que incendian la calle: el trabajo invisible que frena la desinformación
La agresión real a un hombre en Torre Pacheco, Murcia, es el punto de partida de una oleada de bulos que acabó desatando disturbios. Así actúan los equipos de verificación para frenar el odio y la manipulación

Descubre cómo nace un bulo y cómo se propaga
Vitoria - Publicado el
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Todo comenzó con una agresión real en Torre Pacheco (Murcia): Domingo, un hombre de 68 años, fue atacado por tres personas una madrugada. Pero lo que podía haber sido una noticia local terminó alimentando disturbios racistas a través de redes sociales. La desinformación prendió como la pólvora.
"Los desinformadores se alimentan de hechos reales para manipularlos y difundir odio", advierte en COPE Euskadi Estefanía de Antonio, responsable de Verificación y Datos en RTVE.
En poco tiempo, comenzaron a circular vídeos descontextualizados, imágenes falsas y clips grabados en otros países, presentados como si reflejaran lo ocurrido en Torre Pacheco. Algunos superaron los tres millones de visualizaciones antes de que pudieran ser desmentidos.

El incendio provocado por la desinformación se convirtió en enfrentamiento real
Periodistas contra la mentira
Ante estos escenarios, el trabajo de los verificadores se vuelve esencial. Son periodistas especializados que rastrean, analizan y desmontan falsedades con herramientas digitales, criterio y rigor periodístico.
"No basta con decir ‘esto es falso’", explica De Antonio. "Hay que investigar, acudir a fuentes fiables y demostrar cómo se ha manipulado una información".
En el caso de Verifica RTVE, cada contenido pasa por el filtro de al menos tres fuentes contrastadas y la revisión de cuatro periodistas antes de su publicación. Además, colaboran con equipos europeos para combatir esta amenaza que no conoce fronteras.
Así nace un bulo… y así se propaga
Uno de los primeros vídeos virales mostraba a un anciano siendo agredido, asegurando que era Domingo, la víctima murciana. Pero la grabación pertenecía a otro caso, ocurrido meses antes en Almería. Le siguieron clips de Guadalajara (México) o El Algar (Murcia), todos reconvertidos en material inflamable para alimentar la indignación.

La verificación es mucho más costosa que la creación de bulos
Incluso se llegó a afirmar que la policía estaba "desbordada por una turba de pelo brócoli", en referencia racista a jóvenes de origen magrebí. Todo basado en imágenes manipuladas o fuera de contexto.
"El daño ya está hecho cuando el vídeo circula sin control. Aunque lo desmientas, la mentira deja huella", lamenta De Antonio.
La batalla contra los bulos no se libra solo en redes abiertas. Plataformas como Telegram o WhatsApp, al ser entornos cerrados, dificultan el seguimiento y la intervención ante contenidos falsos. Además, cambios en redes como X (antigua Twitter) han hecho más opacos sus datos, complicando el análisis de cómo se propagan los mensajes.
Pese a ello, los verificadores no bajan la guardia. "Ya tenemos pistas de grupos ultras organizados detrás de algunos bulos", confirman desde RTVE. Las investigaciones siguen abiertas en colaboración con colegas europeos.
¿Qué puedes hacer tú?
Frente al aluvión de falsedades, el antídoto está al alcance de todos: el pensamiento crítico. Algunas recomendaciones básicas para no caer en la trampa:
"Si la gente tiene dudas, puede escribirnos antes de reenviar nada. Estamos aquí para ayudar", anima De Antonio.
Desinformar no es un juego
Desde un meme hasta una noticia falsa viral, el impacto de la desinformación puede ser devastador. Lo que parece una broma puede convertirse en un incendio social.
"La desinformación mina la confianza en los medios, en la ciencia y en las instituciones", alerta la periodista. "Y eso es gasolina para estallidos como el de Torre Pacheco".