Desarticulan una red en Logroño que forzaba a mujeres a prostituirse con menores y a consumir drogas

Agentes de la Policía Nacional han liberado a siete mujeres que eran explotadas sexualmente en Logroño en el marco de una operación contra una red dedicada, presuntamente, a la trata de seres humanos. La operación se ha saldado con la detención de los dos cabecillas del entramado, que forzaba a las víctimas a prostituirse en condiciones extremas. Las mujeres eran captadas en Brasil mediante engaños y aprovechando su situación de especial vulnerabilidad.

Denuncias simultáneas destaparon la trama

La investigación se inició en junio de 2024 en Logroño, tras una denuncia sobre un posible caso de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. De forma casi simultánea, se recibieron en Bilbao otras dos denuncias que presentaban un patrón delictivo coincidente. La información obtenida, sumada a las gestiones policiales, permitió detectar una organización criminal estructurada y jerarquizada con un reparto específico de funciones.

Captación en Brasil y una deuda impagable

El proceso de captación comenzaba en Brasil, donde miembros de la red seleccionaban a mujeres jóvenes que atravesaban situaciones de vulnerabilidad, necesidad y precariedad económica. Esta circunstancia facilitaba la aceptación de las falsas ofertas laborales que la organización ofrecía en España. Una vez captadas, las víctimas eran puestas en contacto telefónico con la principal cabecilla de la red, residente en la ciudad de Logroño.

La líder de la red les ofrecía cubrir los costes del viaje si no disponían de recursos, unos gastos que se convertían posteriormente en una deuda que las víctimas debían saldar mediante el ejercicio forzado de la prostitución. Ya en territorio español, las víctimas eran recogidas y trasladadas a un domicilio en la capital riojana. Como medida de control, a su llegada se les retiraba el pasaporte, que quedaba bajo custodia de la líder de la organización hasta que cancelaran la deuda.

Normas estrictas y explotación sin límites

Desde allí, debían trasladarse diariamente a otro inmueble cercano utilizado como piso-prostíbulo, donde se llevaba a cabo la explotación sexual. Las víctimas estaban sometidas a normas estrictas y abusivas, y la organización criminal se quedaba con el 50 por ciento de los beneficios que generaban. Se les obligaba a estar disponibles en una jornada ininterrumpida de 10:00 a 23:00 horas, sin posibilidad de abandonar el piso salvo para servicios externos.

Tenían prohibido cocinar, por lo que se veían obligadas a solicitar comida a domicilio, que además debía ser baja en calorías para no ganar peso y resultar más atractivas a los clientes. Los servicios sexuales eran impuestos por el entramado, sin que las mujeres pudieran rechazar ninguno, incluso aquellos solicitados sin preservativo o durante sus periodos de menstruación.

En ocasiones, las víctimas fueron obligadas a mantener relaciones sexuales con menores de edad, a sabiendas de esta condición. Además, en el interior del piso se traficaba con sustancias estupefacientes, que eran proporcionadas a petición de los clientes. La propia organización incitaba al consumo por parte de las víctimas para mejorar su comportamiento ante la clientela.

Como parte del proceso de explotación, las mujeres eran obligadas a acudir a un fotógrafo designado por la red para la realización de fotografías en ropa sensual. Estas imágenes eran utilizadas para publicar anuncios en plataformas de contenido sexual en Internet, que también eran controladas por la organización.

Una vez finalizada la fase de investigación, se puso en marcha un operativo en Logroño que permitió la detención de dos personas, la principal investigada y su pareja sentimental, considerados la cúspide de la organización. Durante la intervención se incautó diversa documentación, 3.400 euros en efectivo y se liberó a cuatro víctimas. A lo largo de toda la investigación, el número total de mujeres liberadas asciende a siete.

La Policía Nacional recuerda que cuenta con la línea telefónica 900 105 090 y el correo trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia anónima y confidencial de este tipo de delitos. La llamada no queda reflejada en la factura telefónica.