Aquí pasó la noche el montañero logroñés perdido en el Urbión: "Hice un agujero y jugué con la mente"
José Miguel Arambarri se perdió en el Urbión con una temperatura de 10º bajo cero. "Jugué con la mente" relata en COPE. Cavó un agujero para protegerse y evitar congelarse

Aquí pasó la noche el montañero logroñés perdido en el Urbión: "Hice un agujero y jugué con la mente"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hemos conocido la historia de José Miguel Arambarri. Se perdió en el Urbión con una temperatura de 10º bajo cero. Iba bien equipado con ropa de abrigo adecuada pero su cabeza fue la clave. Relata en COPE que 'jugó con la mente' para combatir el frío.
El pasado domingo por la mañana, José Miguel Arambarri salía de la zona de Santa Inés con sus esquís de travesía en dirección al Castillo de Vinuesa. Nos explica que se trata de "una ruta de no demasiada dificultad que se puede hacer en unas cuatro horas".
No podía imaginar que la cosa se complicaría tanto. Iba preparado para unas horas en la nieve a baja temperatura pero no para pasar la noche. Echó en falta una manta térmica, una linterna y sobre todo un GPS. Su móvil le falló y estaba desorientado y sin saber qué hora era.
Así ha relatado esta angustiosa experiencia en COPE:

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Nos cuenta que ya había pasado por el Castillo de Vinuesa pero le estaba costando encontrar el camino de vuelta por la Laguna Verde porque su aplicación del móvil comenzó a hacer 'cosas raras'. La niebla se convirtió en un gran problema, no lograba ubicarse, era la primera vez que hacía esta ruta y la noche comenzaba a 'acechar':

Tomó la decisión de pasar la noche allí y debía proparar un 'refugio'. Se acercó a unos pinos y empezó a cavar un agujero. Pensó en hacer una especie de iglú pero la calidad de la nieve no se lo permitió así que improvisó un agujero con unas paredes protectoras.
A unos 7 o 10 grados bajo cero había que mantenese activo y la simple construcción del agujero era una ayuda. Sabía muy bien que debía mover los dedos de manos y pies para evitar que se congelaran. Y lo más importante, entendió que "tenía que jugar con la mente" para que no le jugara una mala pasada.

Cuenta en COPE que ha aprendido la lección y saldrá más preparado todavía. De todas formas, demostró con creces que conoce a la perfección la montaña. Supo exactamente qué hacer y mantuvo la calma.
Le hemos preguntado si volverá a la montaña y no puede ser más contundente: "Seguiré yendo a la montaña, pero llevaré GPS".

Su mayor preocupación era su familia y sus amigos por cómo estarían viviendo esa angustia.
La calma de aquella noche en un agujero en la nieve fue clave. Ahora relata su experiencia con esa misma tranquilidad y con una sonrisa encubierta en cada palabra. Confiesa que lo pasó mal en esas más de doce horas pero pudo volver a casa en perfectas condiciones.