Agosto deja un balance flojo para la economía menorquina: cuatro de cada diez empresas facturan menos que en 2024

PIME Menorca advierte de que el mes punta de la temporada estival no ha cumplido las expectativas, con caídas en restauración, alojamiento y comercio local

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Cope Menorca

Entrevista con María García, portavoz PIME Menorca

Ignasi Catchot

Menorca - Publicado el

4 min lectura

El verano 2025 no ha sido tan rentable como esperaba el tejido empresarial de Menorca. Pese a que la isla mantuvo una afluencia turística importante en agosto, los resultados económicos no han acompañado. Según los datos de PIME Menorca, el 43% de las empresas facturó menos que en el mismo mes de 2024, lo que confirma que la temporada alta ya no garantiza por sí sola el equilibrio de las cuentas empresariales.

Los sectores más vinculados al consumo directo de los visitantes han sido los que más han notado la caída. Restaurantes, bares y cafeterías han registrado un descenso de clientes y de ticket medio, lo que se ha traducido en menores ingresos. La misma situación se ha repetido en el alojamiento turístico, donde la ocupación no alcanzó los niveles de años anteriores y las estancias fueron más cortas de lo habitual.

El comercio local tampoco ha escapado a este escenario. Tiendas de proximidad, moda y complementos, que dependen en gran medida del gasto medio diario del visitante, han cerrado agosto con ventas por debajo de lo esperado. Los empresarios coinciden en señalar que el turista de este verano se ha mostrado más prudente con su bolsillo, priorizando actividades de bajo coste o gratuitas y limitando el gasto en restauración y compras.

La patronal menorquina subraya que la situación preocupa especialmente porque agosto es, tradicionalmente, el mes que debe compensar los altibajos del resto de la temporada. Si el momento más fuerte del año no aporta los ingresos necesarios, se complica el cierre positivo del ejercicio para muchos negocios.

Un comportamiento desigual entre empresas  

PIME Menorca matiza que el impacto no ha sido homogéneo en todo el tejido empresarial. Junto al 43% que afirma haber facturado menos, un 26% de las empresas asegura haberse mantenido en niveles similares a los de 2024 y un 20,7% incluso declara haber mejorado sus resultados. Estos contrastes reflejan que algunos negocios han sabido adaptarse mejor al cambio de hábitos de los visitantes, mientras que otros han quedado más expuestos a la moderación del gasto.

Lo que sí resulta común es la percepción de un cambio en el perfil del turista. Cada vez se detecta más control del presupuesto, una estancia más medida y un consumo menos impulsivo. Además, la creciente competencia de otros destinos mediterráneos condiciona la capacidad de la isla para mantener la misma rentabilidad, aunque siga atrayendo visitantes.

En comparación con 2024, la diferencia se hace evidente. Mientras el año pasado el balance de agosto fue positivo para la mayoría de los negocios, en esta ocasión casi la mitad reconoce haber perdido facturación. Para PIME Menorca, esta evolución demuestra que la recuperación postpandemia ha tocado techo y que el mercado vuelve a mostrar un comportamiento más frágil y complejo.

La voz de los pequeños negocios  

Los empresarios más pequeños son los que sienten con mayor crudeza este frenazo. Muchos dependen de manera casi exclusiva de la actividad estival para sostener el resto del año. Si en agosto no se alcanzan los ingresos previstos, la viabilidad de estos negocios queda en entredicho, obligándoles a recurrir a ahorros, créditos o a reducir plantillas.

Los medianos establecimientos, por su parte, han conseguido resistir mejor, pero también muestran signos de agotamiento. En varios casos, se mantienen en cifras similares a las de 2024, aunque sin margen para crecer ni consolidar inversiones. La incertidumbre hace que muchos pospongan decisiones estratégicas y que la economía local pierda dinamismo.

Un aviso para la planificación futura  

La patronal alerta de que depender únicamente de la estacionalidad de agosto resulta cada vez más arriesgado. Ante un visitante más prudente y un mercado global más competitivo, Menorca debe apostar por reforzar la diversificación de su oferta y prolongar la temporada hacia la primavera y el otoño, reduciendo la dependencia de unas pocas semanas de máxima actividad.

PIME Menorca insiste en la necesidad de trabajar en una planificación más ambiciosa. Para mantener la rentabilidad, consideran imprescindible reforzar la calidad de la oferta, potenciar la sostenibilidad, diversificar productos turísticos y fidelizar a un visitante que busca experiencias más completas que el sol y playa.

El flojo balance de agosto es interpretado como una llamada de atención. Aunque Menorca sigue siendo un destino atractivo y los flujos turísticos se han mantenido, la realidad es que los ingresos no han acompañado. Para muchos pequeños y medianos negocios, esta situación supone un problema serio, ya que dependen de la temporada estival para sostener el resto del año.

El mensaje de fondo es claro: la isla necesita adaptarse a un turista distinto y a un contexto internacional más exigente. Si no se toman decisiones estratégicas, Menorca corre el riesgo de mantener la llegada de visitantes pero sin traducirlo en un verdadero impulso para su economía local.

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