El “Pokémon del mar” reaparece siglos después: el Mediterráneo está cambiando
Con apenas cuatro centímetros y un color azul eléctrico, el Glaucus atlanticus ha regresado a las costas mallorquinas

Dragón azul
Mallorca - Publicado el
2 min lectura
El dragón azul ha vuelto a Baleares tras varios siglos de ausencia. Se trata de una babosa marina conocida científicamente como Glaucus atlanticus, que no supera los cuatro centímetros pero que llama la atención por su intenso color azul eléctrico y su aspecto exótico. Su forma, con prolongaciones que parecen alas, ha hecho que muchos lo comparen con un dragón en miniatura o incluso con un Pokémon.
DRAGÓN AZUL EN BALEARES
Este pequeño animal vive normalmente en el océano Atlántico y es habitual en Canarias. Sin embargo, las corrientes marinas lo han arrastrado hasta el Mediterráneo, donde ha sido detectado recientemente en aguas de la Serra de Tramuntana. Según la bióloga marina Diana Alonso, su llegada no es sorprendente: “No es que venga de muy lejos. El Atlántico está conectado al Mediterráneo y a veces las corrientes transportan especies como esta”.

Más allá de la curiosidad científica, los expertos advierten que su presencia es un síntoma del cambio en los ecosistemas marinos. El aumento de la temperatura del agua, la proliferación de medusas y la alteración de las corrientes influyen directamente en la distribución de especies. Alonso recuerda que “el mar está cambiando y debemos cuidar más de él, reducir la contaminación y dejar la mínima huella posible”.
PICADURAS DOLOROSAS
Aunque el dragón azul no es venenoso por sí mismo, se alimenta de medusas muy urticantes como la carabela portuguesa o la Velella velella. Por ello, acumula toxinas en su organismo y puede causar picaduras especialmente dolorosas. “Son incluso peores que las de la carabela portuguesa”, explica la bióloga. Por este motivo, los expertos insisten en que no debe tocarse bajo ningún concepto.
A pesar de los riesgos, el dragón azul se ha convertido en una sensación entre los curiosos por su espectacular aspecto. Con su tonalidad azul brillante y sus formas alargadas, parece un ser de fantasía salido de un videojuego. Pero los científicos recuerdan: más allá de la belleza y el exotismo, lo importante es lo que su llegada revela sobre la salud del mar Mediterráneo.