Sergi Llull anuncia su retirada de la selección española: "Ha sido un viaje increíble"
"Me he dejado el alma y alguna parte de mi cuerpo" dice el menorquín, otra leyenda balear del baloncesto español tras la retirada de Rudy Fernández hace un año

Sergi Llull junto a Elisa Aguilar, presidenta de la FEB
Mallorca - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Cuesta, claro que cuesta renunciar a parte de lo que más amas, a lo que ha sido tu vida, una experiencia compartida con compañeros con los que has ganado tanto y de la que Sergi Llull era el último superviviente.
Tras la retirada del baloncesto hace un año de Rudy Fernández, tras seis Juegos Olímpicos, otra leyenda balear del baloncesto español, Sergi Llull, da un paso al costado a sus 37 años para cuidar su cuerpo y centrarse sólo en su club, el Real Madrid, en la última etapa de su carrera.
La gasolina llega hasta donde llega, ha debido pensar el base menorquín, castigado en su día también por las lesiones de rodilla y de las que afortunadamente no hemos visto secuelas.
Llull comparecía junto a la presidenta de la Federación Española de Baloncesto, Elisa Aguilar, con su camiseta de España con el dorsal 23, el número que escogió obviamente por Michael Jordan.
"El aeroplano de Mahón", "el increíble Llull", el jugador que patentó el tiro "mandarina", algo que parecía afortunado o accidental pero que es marca registrada de este huracán de las pistas, no eran churros, eran mandarinas entrenadas. Quizá Llull es el último superviviente de la etapa dorada del baloncesto español en este tiempo de relevo generacional. Cuando faltan tres meses del Eurobasket, Llull ha anunciado que se ha acabado la etapa con el equipo nacional, tras 173 partidos y siete medallas, cuatro oros destacando el Campeonato del Mundo de China de 2019.
Ricky, Calderón, Rudy, Navarro, Pau y Marc Gasol y tantos otros ya no están con la camiseta de España ni en el baloncesto, ahora es Llull quien deja la selección, cuando aún nos recobrábamos del emotivo homenaje a Nadal en Roland Garros.
El menorquín se reconocía nervioso en su anuncio, más que si tuviera un tiro decisivo a falta de seis segundos: "cierro mi etapa como jugador de la selección española de baloncesto. Ha sido un honor y un privilegio defender la camiseta de las selección durante muchos veranos. Ha sido un viaje increíble. Siempre he tratado de dejarme el alma, me he dejado también alguna parte de mi cuerpo pero siempre estando disponible para lo que el seleccionador me pidiera y el equipo necesitara".
Tenía muy claro lo que quería decir el menorquín y lo ha dicho de carrerilla y con pocos titubeos. Algo así no se piensa un rato antes: "he tenido la suerte de coincidir con una generación irrepetible de jugadores, que eran auténticos referentes, ídolos, pasé de verlos por televisión a jugar con ellos, compartir cancha y vivencias con ellos. Me siento un privilegiado por ello".
Llull reconocía que "es una decisión difícil, muy meditada, es el momento de dar un paso al lado". Perdemos mucho, estuviera para mucho o para poco el jugador con España en el próximo Eurobasket, el baloncesto español pierde referencias, esos rostros reconocidos y jugadores que infunden confianza, el adn competitivo que ha hecho del baloncesto español una seña de identidad. Le toca a otros continuar ese legado. No será fácil.



