El RCD Mallorca pasa de ronda ante el Numancia en la Copa del Rey y se acostumbra a sufrir
Los bermellones se imponen 2-3 en Los Pajaritos con dos goles de Abdón y otro de Javi Llabrés. Acabaron pidiendo la hora

Jagoba Arrasate
Mallorca - Publicado el - Actualizado
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Ni un día tranquilo para el RCD Mallorca, que se ha acostumbrado a sufrir. Tener por hábito el sufrimiento en el fútbol si es porque se sabe resistir es una cualidad, si es porque estás pidiendo la hora no tanto, y si es porque en cualquier momento te van a remontar aún menos.
Los bermellones acabaron pidiendo la hora y además tuvieron rondando el fantasma de la remontada durante unos minutos. El Numancia, de Segunda RFEF, pudo haber empatado con 1-2 porque estrellaba el balón en el larguero. Tras el 1-3, los numantinos continuaron achuchando y lograban el 2-3.
Ni un partido controlado. Hacía sólo tres días que los bermellones habían perdido dos puntos en liga al no saber finiquitar un partido con 2-0 ante Osasuna.
Con un equipo completamente distinto en Copa del Rey, el Mallorca sufrió de lo mismo, falta de control del partido y Jagoba Arrasate fue llamando a jugadores habituales para intentar mantener el orden. Al final metía a los medios Mascarell y Samú para intentar recuperar el control en medio. El Mallorca casi se queda congelado en Los Pajaritos.
Antes ya habían entrado Valjent y Marc Domenech por Kumbulla, quien reaparecía tras su lesión, y un Asano que cada vez es más intrascendente. Lo del japonés es de estudio, cada día que juega parece empeorar. Ya no es titular en liga y no produce nada cuando juega. Ayer en una jugada accidental e ingenua del defensa le hacen el penalti, pero poco más. El Mallorca se había plantado en Los Pajaritos con Cuéllar en la portería, Mateo, David, Kumbulla, Salhi; Antonio, Morlanes; Asano, Torre, Llabrés, Abdón.
El gol temprano de Llabrés calmaba al Mallorca que controló a la perfección el primer tiempo. Abdón marcaría el segundo al aprovechar un rebote del palo. El Mallorca hoy es esto, un equipo que cuando no pasa nada o todo está tranquilo da el pego, pero un equipo también al que se ven las costuras en cuanto se agitan los partidos.
El Numancia lo agitó en el segundo tiempo con una presión alta, se desordenó el partido y empezaron los nervios. Un penalti sobre Asano transformado por Abdón parecía dejarlo todo hecho, pero tampoco esta vez, el segundo gol numantino provocaba los nervios. Ronda pasada y obsesión por el encuentro ante rival directo, el colista Oviedo este viernes. Un partido de más nervios.



