Miguel Álvarez reconoce que entendería su destitución en la UD Ibiza tras los malos resultados y la pésima imagen ante el Villarreal B

La Unión Deportiva Ibiza está viviendo momentos delicados a nivel deportivo, se halla inmersa en su peor crisis deportiva de las últimas dos temporadas. Ni con Pep Lluís Martí ni con Paco Jémez la situación fue tan delicada, porque más allá de la mala racha deportiva, una victoria en los últimos ocho partidos, los que lleva Miguel Álvarez, hay una fractura clara, una desafección por parte de la afición que ve con frustración cómo el equipo no da la talla.

 La UD Ibiza tiene 19 puntos tras empatar 0-0 ante el Villarreal B, no está en descenso por diferencia de goles ya tiene los mismos  puntos que el Tarazona, en posición de descenso. Al margen de los malos resultados, la afición ha dicho basta a lo que le ofrece un equipo que avergonzaba al propio entrenador, Miguel Álvarez. 

El técnico decía que "la primera parte que hemos hecho ha sido indigna. Me sabe mal por el club, por la afición, no se merecen esta primera parte, he pasado vergüenza en el banquillo. Hemos hecho unos cambios en el descanso. Después sólo con el balón al palo de Davo la gente se enchufado. De no ser por la paciencia de la afición este partido lo perdemos". 

El propio Álvarez reconoce que entendería que fuera destituido: "claro que lo entendería, sería justo. Estoy contento con el trabajo que he hecho, he trabajado muchísimo, pero me entristece porque después de ocho años como el Villarreal maravillosos, he elegido un sitio estupendo con mucha gente muy buena trabajando. De mi trabajo estoy contento y puedo dar trabajo pero no puedo dar resultados, por supuesto que lo entendería".