María, residente que refuerza la atención primaria en Galicia este verano: "Compromiso con la atención al paciente"

María es una médico residente de último año, de Medicina Familiar, que permanecerá en su centro de salud en Ourense este verano para cubrir necesidades asistenciales sin perder de vista su formación

María Pumar, residente de cuarto curso en Galicia
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María es una médico residente de cuarto curso que reforzará la atención en verano

Paula Pájaro Rives

Santiago - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La atención primaria en Galicia contará este verano con un refuerzo esencial: los residentes de Medicina Familiar, como María Pumar, que han decidido colaborar activamente con el Sergas sin renunciar a su formación clínica. Esta apuesta responde a la creciente presión asistencial en los centros de salud durante los meses estivales.

La Xunta vuelve a poner en marcha este plan de refuerzo para verano en Galicia.

La Xunta invita nuevamente a los médicos internos residentes, MIR, de cuarto curso a reforzar la atención sanitaria en verano.  Se trata de una medida que ya se aplicó el año pasado, en la que participó el 80 % de los MIR, prestando apoyo en la asistencia sanitaria en verano de manera voluntaria y supervisada.

La aceptación del encargo es nuevamente voluntaria para el personal residente, retribuida con un plus de 2.000 euros mensuales.

Hasta ahora, 87 MIR en especialidad de Familia y 8 en pediatría han aceptado formar parte del plan de refuerzo en la comunidad gallega.

LOS MÉDICOS RESIDENTES QUE ACEPTAN: "SIEMPRE QUE SE RESPETE NUESTRA FORMACIÓN"

"La mayoría de nosotros aceptamos la propuesta del Sergas siempre que se respetara nuestra formación como residentes", explica María Pumar, quien continuará trabajando en su propio centro de salud, en la ciudad de Ourense. "Queremos mejorar la calidad asistencial y evitar que los huecos en verano dejen desprotegidos a los pacientes". 

A punto de finalizar su residencia, María destaca el valor de la Medicina de Familia por su enfoque transversal y de largo recorrido con el paciente: "Vemos a las personas desde que tienen 15 años hasta el final de su vida. Nos toca saber un poco de todo y eso te enriquece muchísimo, tanto en lo clínico como en lo humano".

La residente gallega también resalta el trato con los pacientes como uno de los aspectos más positivos de su experiencia: "En general, son muy receptivos. Les gusta ver caras nuevas, sobre todo ahora, con tantos médicos a punto de jubilarse. Nos preguntan si nos vamos a quedar, y eso te hace sentir que aportas algo importante". 

"Es una carrera dura, pero tiene su recompensa"

María Pumar reconoce que no tenía clara su vocación por la atención primaria al principio, hoy se siente plenamente identificada con la especialidad: "No era mi primera opción, pero estoy muy contenta. Es una rama muy completa: puedes hacer cirugía menor, llevar el seguimiento ginecológico, y trabajar en muchos ámbitos, más allá de la consulta habitual".

También es honesta sobre la dureza del camino recorrido: "Es una carrera muy larga, hay que estudiar muchísimo y sacrificar tiempo. Durante la residencia hay momentos difíciles, en los que te cuestionas muchas cosas. Pero luego llega la parte buena, cuando resuelves un caso o ayudas a un paciente, y te das cuenta de que sí, merece la pena". 

Pumar no oculta la sobrecarga que vive la atención primaria, pero eso no le resta ilusión: "Ahora mismo hay mucha presión y eso limita lo que podemos hacer, pero intentamos aportar todo lo posible".

Su decisión, y la de muchos otros residentes, representa un soplo de esperanza para un sistema que necesita más profesionales y renovación.

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