En la zona Norte de Santiago de Compostela, a unos 300 metros de los edificios administrativos de la Xunta de Galicia se encuentra una de las calles más bonitas (y más desconocidas) de la capital de Galicia.

Es la rúa do Espiritu Santo, una calle estrecha en medio de un barrio de bloques de los años 70 que ha conservado las viviendas unifamiliares del mismo estilo que otras zonas del casco histórico de Santiago, como San Pedro o San Lourenzo.

Se trata de una zona poco transitada y sin oferta hostelera (solo hay un supermercado al que acuden los vecinos) y de ahí que incluso muchos compostelanos desconozcan la existencia de ese pequeño resquicio de zona histórica en plena zona nueva.

La calle se puede tomar desde Bastiños, a la altura de Santa Clara y desemboca en la plaza de Ultreia, a solo un paso de la avenida Juan XXIII.

Los gatos, unos vecinos más

Además de la conservación de la calle como era antiguamente, llama la atención también la colonia felina que se ha instalado en el barrio. En uno de los márgenes se han construido pequeñas casetas con una zona para dormir y otra para comer. En ellas pernoctan cada noche decenas de felinos.

Son animales esterilizados y que hacen su vida normal en el barrio, dentro de una campaña del propio ayuntamiento de la capital gallega.

Al ser una zona poco transitada los gatos miran con curiosidad a la gente. Normalmente no se dejan tocar, pero tampoco huyen si llega un extraño.

Son, en definitiva, unos vecinos más de una de las zonas más desconocidas de Santiago de Compostela.

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