Los expertos en historia del Arte están sorprendidos: un pescador ha encontrado en el río Sar, en Santiago de Compostela, una virgen tallada en piedra del siglo XIV. El hallazgo se produjo de forma casual, cuando el hombre buscaba un lugar donde pescar próximo a su domicilio ya que debido al estado de alarma no se podía desplazar a otras zonas. Se adentró en el la ribera del río en el barrio de Conxo, en un entorno de difícil acceso, y allí le aguardaba la sorpresa. Lo contaba en Cope Santiago Ana Castro, de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego (APATRIGAL). Ella fue la primera en conocer el hallazgo, que contrastó con expertos en arte románico y gótico, como Juan Monterroso y Ramón Yzquierdo. Ellos corroboraron "que la pieza era buena y la dataron en el segundo tercio del Siglo XIV".

HALLAZGO "ALUCINANTE"

La imagen representa a la virgen con el niño, en granito, tallado en cuatro de las cinco caras. Tanto el rostro de la madre como la cabeza del niño han desaparecido, posiblemente a causa de la erosión. A ambos lados de la imagen, desde los hombros, surgen dos ángeles bastante desgastados, pero se aprecia el rostro y la mano de cada uno sujetando algún objeto o el propio manto de la virgen. Según la información difundida por la Xunta, podría tratarse de una talla que estuvo embutida en una pared, prácticamente suspendida en el aire en su totalidad: de ahí la decoración que presenta también en la base, con una flor de cuatro pétalos y hojas de acanto entrelazadas.

La escultura quedará en depósito en el Museo das Peregrinacións de Santiago, donde se encargarán de su estudio e intentarán arrojar luz sobre las incógnitas que rodean este hallazgo extraordinario. El alcalde compostelano, Sánchez Bugallo, expresaba su deseo de que la imagen corresponda con la que desapareció en Fonte da Virxe, en el mismo barrio: "eso sería la bomba", decía Ana Castro en Cope, porque recuerda que "es una pieza que desapareció y de la que no hay fotos ni nada de ella". Desde APATRIGAL recuerdan que "sea lo que sea es maravillosa y estamos viviendo historia viva, una pieza del siglo XIV que aparece en el siglo XXI".

Insiste Ana Castro en que lo importante es "protegerla, que no se la lleve otra persona que su fin último no sea su protección.