Vecinos de O Inferniño, en Ferrol, reclaman soluciones frente a la inseguridad

La preocupación por la inseguridad vuelve a marcar el día a día en el barrio ferrolano de O Inferniño. Tras la pelea multitudinaria del pasado domingo a las puertas de una discoteca en San Xoán, con varios detenidos que, días después, protagonizaron nuevos disturbios en distintos puntos de la ciudad, los vecinos insisten en que los conflictos puntuales no deben ocultar los avances logrados ni convertir al barrio en el eterno señalado.

El presidente de la asociación vecinal, Rafael Leira, asegura que “el problema de las bandas está mitigado”, pero reconoce que la situación sigue siendo delicada, con presencia de narcopisos y puntos conflictivos que requieren atención inmediata.

“Esto viene de lejos, desde la pandemia. Hubo bandas que se hicieron con la plaza y hasta cobraban a los niños por usar la pista”, recuerda Leira.

ACTUACIONES COMPLEMENTARIAS

La asociación valora positivamente el trabajo de la Policía Nacional y la Policía Local, pero reclama actuaciones complementarias. Entre las principales demandas: mejorar la iluminación, eliminar los baños abandonados y reordenar la plaza para evitar rincones que sirvan de refugio para el tráfico o el vandalismo.

“No todo se soluciona con policía. Hay que cambiar la fisonomía del barrio, hacerlo más habitable y seguro para todos”, señala el portavoz vecinal.

O Inferniño es uno de los barrios más densamente poblados de Ferrol y, según Leira, “zona de paso para mucha gente que no se implica con el entorno”. A esto se suma la degradación del centro comercial Porta Nova, cuyo abandono ha contribuido a la sensación de inseguridad.

El Concello ya ha anunciado una próxima remodelación de la plaza y el cubrimiento del parque infantil. Desde la asociación vecinal esperan que esas actuaciones sirvan como punto de inflexión para cambiar la imagen —y la realidad— del barrio.

la voz de los vecinos

Sin embargo, no todos comparten esa visión optimista. Un residente alerta de que la zona “no es segura”, mencionando peleas frecuentes, problemas de convivencia en la plaza e incluso el uso de armas en algunos episodios.

Otros vecinos coinciden en que, aunque antiguamente el barrio se vivía con mucha tranquilidad, ahora las peleas son habituales y se han extendido a otras zonas de Ferrol. Muchos reclaman una mayor presencia policial a pie para disuadir estas situaciones.

Por último, una joven señala que en la zona “hay mucho racismo”, aunque aclara que “hay gente buena y gente mala, como en todos lados”.