La gripe aviar impacta en pequeñas explotaciones de Galicia y sigue repercutiendo en el precio de los huevos

El sector avícola gallego vive con preocupación la declaración de alerta por gripe aviar, una medida preventiva que ha obligado a confinar a todas las aves de corral en recintos cubiertos. La decisión de las autoridades busca evitar el contacto de las aves domésticas con las aves silvestres migratorias, cuya presencia aumenta en esta época del año, generando inquietud entre los productores y las pequeñas granjas familiares.

Situación controlada en Galicia

A pesar de la alerta, la situación en la comunidad parece estar bajo control. Así lo ha afirmado Javier Iglesias, responsable de política agraria común en el sindicato Unións Agrarias, quien asegura que "en principio, parece que está controlada, no hay ningún caso en ninguna explotación gallega". Según ha explicado, los ocho casos detectados en Galicia corresponden a aves silvestres, una cifra similar a la de años anteriores, a diferencia del resto de España y Europa, donde los positivos han aumentado.

El mayor impacto del confinamiento, según Iglesias, recae sobre las explotaciones de autoconsumo y, en menor medida, sobre las granjas de gallinas ponedoras y pollos de corral que crían a sus animales al aire libre. Para estas explotaciones, la medida supone un "incordio", ya que el cambio en el estatus de vida de los animales puede llevar a una reducción en la puesta de huevos, afectando fundamentalmente a la producción ecológica y campera.

El mercado global, clave en la subida de precios

Uno de los efectos más notorios de la crisis es el incremento en los precios de los huevos. Javier Iglesias aclara que esta subida no se debe a la situación gallega, sino al contexto de un mercado global. Grandes brotes en países como Estados Unidos o China, y el sacrificio de casi dos millones de aves en comunidades como Castilla y León, Extremadura y Andalucía, han reducido la oferta y tensionado los precios a nivel mundial.

Respecto al riesgo para la salud pública, desde Unións Agrarias se recuerda que la transmisión a humanos, aunque posible, no es frecuente y requiere un contacto directo con los animales o sus secreciones. En este sentido, Iglesias ha sido claro: "el contagio no se produce por comer huevos, sino que tiene que haber un contacto". Es precisamente para evitar esa interacción que se han decretado las medidas de confinamiento y el refuerzo de la bioseguridad en las granjas.