El arrastre de cenizas en la zona del incendio de Jarilla "no ha matado peces", según el Servicio de Pesca de la Junta de Extremadura

Mérida - Publicado el
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El Servicio de Pesca de la Junta de Extremadura ha confirmado este sábado que no ha reportado muertes de peces como consecuencia de las aguas turbias en la zona del incendio de Jarilla, que afectó a más de 16.000 hectáreas de los valles cacereños de Ambroz y Jerte.
"No se ha constatado ni informado sobre ninguna mortandad piscícola asociada al incendio", asegura la información del referido Servicio, adscrito a la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural, recogida en nota de prensa por la Junta de Extremadura este sábado.
Según explica el técnico Miguel Ángel Cotallo, con la llegada del primer episodio de precipitaciones intensas "se puede observar la normal turbidez de los primeros arrastres ordinarios, añadiendo los picones (carbón vegetal) que conllevan una imagen distinta, aunque no suponen alteración relevante en las aguas".
Cabe señalar, agrega la Junta, que el impacto de los arrastres de cenizas sobre la fauna fluvial ha sido analizado en el último Consejo de Pesca y Acuicultura de Extremadura, donde se recordaron las conclusiones de un estudio realizado tras los incendios forestales del verano de 2003, cuando, entre otros, se registró el Gran Incendio Forestal de Valencia de Alcántara, que rozó las diez mil hectáreas arrasadas.
Entonces, señala el Servicio de Pesca, se realizaron verificaciones en algunos ríos y embalses en aras de evaluar el impacto sobre aguas y peces, "verificándose un repunte inicial de la salinidad por disolución de las cenizas, dentro de niveles tolerables para los peces, así como un arrastre de picones o carbón vegetal que llega hasta las aguas embalsadas, quedando en flotación con aspecto de chapapote".
En este sentido, aclara la Administración extremeña, pese a la imagen de las aguas negras "solo se trata de carbón vegetal, similar al utilizado para el filtrado de aguas, sin que se asociara mortandad de peces alguna".
"El problema para peces y suelos es el riesgo de que se desate una erosión importante del terreno, caso de comenzar el otoño con intensas precipitaciones, sin dar opción a un reverdecimiento progresivo del suelo", ha anotado el servicio agregando que "ese reverdecimiento ya se ha producido, como puede constatarse al visitar gran parte de la zona afectada por el incendio de Jarilla, cuyo perímetro superó los 170 kilómetros".
La paulatina llegada de las precipitaciones asociadas a una templanza de las temperaturas, desgrana Cotallo, "ha facilitado este reverdecimiento gradual, tanto de herbáceas como del rebrote de leñosas, además de no haberse alterado los suelos con operaciones que pudieran haber incrementado la remoción de este suelo".
RESCATE DE TRUCHAS Y BORDALLOS
El pasado octubre el Servicio de Pesca tomó la "medida preventiva" de "rescatar" ejemplares de truchas y cachos o bordallos en las gargantas afectadas por el incendio de Jarilla en aras de su "reproducción" en el Centro Ictiogénico de Jerte y posterior repoblación con sus alevines en las cabeceras, salvando además barreras como presas, azudes, cruce de viales y otras, no remontables por peces y que impiden su recolonización natural tras perturbaciones naturales o humanas.
A modo de reflexión, Cotallo ha señalado que "antes de la humanización ya se producían grandes incendios forestales, mayores aún que los actuales porque el paisaje estaba menos fragmentado", agregando que la naturaleza "dispone de sus propios mecanismos de adaptación y recolonización, que le permiten reponerse y completar su restauración, hasta la vuelta de cualquier otra perturbación como temporales, pandemias, plagas o sucesivos grandes incendios".



