Los ciudadanos que estos días crucen el Puente de Palmas de la ciudad habrán observado que faltan varios adoquines fruto de la acción incívica de desconocidos que los arrancan para posteriormente lanzarlos al río Guadiana y a los gansos que viven en el Parque, un hecho delictivo que no es la primera vez que ocurre. En el año 2015 los adoquines recibieron un tratamiento especial para evitar que fueran arrancados con facilidad. La Consejería de Fomento de la Junta de Extremadura decidió, ante los continuos actos vandálicos en el histórico puente, aplicar un mortero especial que dificultara el arranque de éstos y su posterior lanzado al río. La obra tuvo un importe cercano a los 32.000 euros. Algo que, a la vista está, no ha servido de mucho. Desde la pasada semana varios operarios están reparando el daño causado colocando nuevos adoquines en los numerosos huecos que los viandantes se encuentran cuando transitan por el viejo puente.