Dublín o Mérida: la "no reunión" que impidió que Ryanair se instalase en el Aeropuerto de Badajoz
La compañía aérea tanteó en varias ocasiones su llegada a Extremadura

Aeropuerto de Badajoz
Badajoz - Publicado el - Actualizado
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Durante los últimos días Ryanair ha copado titulares en toda España tras anunciar un recorte en el número de plazas que ofertará este invierno en España. La decisión llega acompañada del cierre de su base en Santiago de Compostela y de la suspensión de vuelos en Vigo y Tenerife Norte a partir del 1 de enero.
La aerolínea de bajo coste justifica el ajuste por motivos económicos. De esta forma, mientras España pierde conectividad, esas plazas se trasladan a otros países como Italia, Marruecos o Albania.

Ryanair
En Extremadura el golpe no se siente de forma directa, aunque pudo haber sido distinto. Para entenderlo hay que remontarse a 2009. Aquel año, con Guillermo Fernández Vara al frente de la Junta y José Luis Quintana como consejero de Fomento, Ryanair tanteó la posibilidad de instalarse en el aeropuerto de Badajoz.
Según publicó entonces el diario Hoy, las conversaciones "no prosperaron" por un motivo tan insólito como revelador: la falta de acuerdo sobre dónde reunirse. Ryanair insistía en que la Junta debía acudir a sus instalaciones en Dublín, mientras que el Ejecutivo autonómico defendía que debía ser la compañía la que viajara a Madrid o Mérida.
A esa disputa se sumaba un escollo jurídico. La Junta alegaba que la Ley de Contratos impedía una adjudicación directa y que Ryanair, como cualquier otra empresa, debía presentarse al concurso público de promoción turística, por ello había que ser "cautelosos". Tras ese desencuentro, las negociaciones se enfriaron y nunca llegaron a materializarse.
un nuevo intento
Tres años más tarde, en 2012, la compañía volvió a abrir la puerta. Su vicepresidente, Michael Cawley, llegó a declarar que en un “futuro cercano” esperaba anunciar la llegada de Ryanair a Badajoz, asegurando que las conversaciones con el Gobierno regional estaban “muy avanzadas”. Sin embargo, el proceso se interrumpió tras el cese de operaciones de Spanair y la promesa nunca se cumplió.

En aquel momento, Cawley defendió que Ryanair quería dar una oportunidad al aeropuerto pacense pese a su bajo tráfico de pasajeros en comparación a otros: “Los aeropuertos dejan de ser rentables cuando no hay pasajeros”, apuntó entonces, confiando en que las tarifas bajas de la compañía pudieran cambiar la tendencia.
Hoy, casi quince años después de aquel primer tanteo, el aterrizaje de Ryanair en Badajoz sigue siendo una historia pendiente.