El belén monumental de Bancaja renace en Valencia con sus 1.000 figuras tras dos años de restauración

El clásico y monumental belén de la Fundación Bancaja ha regresado a Valencia tras dos años de ausencia. Después de un minucioso proceso de restauración, la majestuosa obra de arte vuelve a estar a la vista del público en la sede de la entidad, recuperando una de las tradiciones más esperadas de la Navidad valenciana. La escultora y restauradora Ana Belén Vidal, una de las artífices de su puesta a punto, ha explicado en el programa "Mediodía COPE MÁS en Valencia" todos los detalles de este renacimiento artístico.

Una obra de arte con 30 años de historia

Este belén, que se inauguró en 1996 y que incluso estuvo instalado en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia, se compone de cerca de 1.000 figuras modeladas a mano. Su autor original es el escultor madrileño José Luis Mayo Lebrija, quien dedicó tres años a crear estas piezas únicas, muchas de ellas elaboradas con la técnica "a palillos", lo que significa que fueron diseñadas de manera original para cada escena.

Son figuras muy tiernas, muy cercanas, de la vida cotidiana y de la vida de Jesús de aquel momento", ha detallado Ana Belén Vidal, quien destaca que la obra está profundamente documentada para reflejar la época de una manera muy atractiva. El belén juega con la perspectiva gracias a los diferentes tamaños de las figuras, creando una combinación de puntos de vista y escenarios que entrelazan callejones, riachuelos y valles.

Contemplar las figuras de José Luis Mayo de cerca y observarlas con todo el detalle es una pasada"

Ana Belén Vidal

Artífice del Belén

La instalación se divide en cuatro grandes escenarios. Comienza en el pueblo de Nazaret, excavado en la montaña, y sigue hacia la ciudad de Belén, que en la época contaba con unos 300 habitantes. En esta sección destaca la Puerta de Belén con su reloj de sol y la guardia romana, o la plaza con un pozo donde se reunían las mujeres. Uno de los elementos más espectaculares es un gran alcornoque de más de un metro de altura, cuyas ramas están formadas por 95.000 hojas de latón troquelado.

Cerca de la plaza se encuentra el lavadero y, finalmente, la cueva del nacimiento, de 2,5 metros de ancho por 1,5 de alto, que acoge una tierna escena con José y María representados "de una manera muy humana". Otros escenarios recrean oficios tradicionales y la anunciación a los pastores. El conjunto se completa con el imponente palacio de Masada del rey Herodes, un refugio en el desierto de Judea cuya escenografía, según Vidal, "llega a alcanzar una altura de 3 metros, con lo cual lo hace un belén diferente".

Dos años de minuciosa restauración

La restauración era fundamental para la supervivencia de la obra. El belén ha recorrido 14 ciudades en España, y los continuos traslados y almacenajes habían causado daños. "El transporte y el almacenamiento a veces no es lo mejor que deseamos", ha admitido Vidal. Se encontraron con golpes estructurales, lesiones en la parte superficial, y faltantes de pintura que requerían una intervención urgente.

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El proceso de restauración ha sido coordinado por el Taller Luna, de las artistas falleras María Pilar y María José Luna, hijas del gran Vicente Luna. Ana Belén Vidal, que ha participado en el montaje artístico del belén durante 14 años, ha colaborado estrechamente en la coordinación. Los trabajos incluyeron la limpieza, consolidación y reintegración de las piezas, así como una reestructuración de la zona de Egipto para adaptarla a la sala del museo Bancaja.

Además de la escenografía, se han restaurado varias figuras.  La propia Ana Belén Vidal ha restaurado unas 50 figuras. Para ella, ha sido "un trabajo muy bonito, porque contemplar las figuras de José Luis Mayo de cerca y observarlas con todo el detalle, pues, es es una pasada".

La satisfacción por el resultado es enorme, ya que el belén ha quedado "como nuevo". La obra podrá visitarse en la Fundación Bancaja hasta el próximo 11 de enero. "Que acudan todos los que puedan y lo disfruten", ha concluido la restauradora, con la esperanza de que la pieza pueda quedarse muchos años en la ciudad para el disfrute de los valencianos.