Así ha renacido el patio del colegio de Catarroja inundado tras la DANA
"Era un barrizal que nos llegaba hasta las rodillas", ha explicado la directora del centro

Profesores del centro contando su experiencia
Valencia - Publicado el - Actualizado
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Como en muchos otros centros escolares, hoy, 8 de septiembre, se han reanudado las clases. Una jornada siempre emocionante para los alumnos, pero que este año ha tenido un significado especial en Valencia, ya que, los colegios que quedaron destrozados por la DANA hace once meses, han abierto sus puertas después de acabar todos sus arreglos.
Es el caso del colegio San Antonio de Padua II, en Catarroja, que ha estrenado curso como otros 115 centros más. Y lo ha hecho de una forma muy particular: con un festival de música y un homenaje a todas las víctimas de la riada, intentando darle una vuelta al recuerdo de aquel día y haciendo que los niños tengan un inicio de curso del que no se olvidarán.
EL LOGO DE LA ESPERANZA
La directora del centro, Raquel Hernández, recuerda en Mediodía COPE en Valencia cómo cambió el campo de fútbol del patio con la llegada del barro. “Llegó a dos metros y el campo deportivo que es todo azul y en el centro está el logo era un barrizal que nos llegaba hasta la rodilla”, explica.

El campo de fútbol del colegio después de la DANA
“Con ayuda de bomberos y muchísimos voluntarios conseguimos quitar el barro y que se volviera a ver el logo del colegio. Lloramos lo que no estaba escrito porque se apareció otra vez San Antonio y dijimos, bueno, ahora sí sabemos que vamos a salir adelante.”
UN REGRESO A MEDIAS
Al mes de la riada volvieron, empezó otra vez sin vallas, no había puertas ni comedor y se tuvo que alquilar todo. “Alquilamos una carpa para el patio, las aulas de infantil no estaban y los alumnos los reubicamos arriba. Pero empezamos con todo, al 100%, y las familias lo aceptaron sin queja ninguna. Ha sido un gran esfuerzo lo que hemos hecho”, expone la directora.
Hernández asegura que "el reto ha estado en el día a día" y que "el estado actual del colegio se debe a la ayuda recibida", tanto de personas cercanas como de desconocidos que se volcaron con ellos.
El jefe de estudios, Javier Palenciano, también ha compartido sus recuerdos de aquellos días: “Cuando vi el colegio pensé que no íbamos a remontar. Aquí hacía falta una súper obra que no seríamos capaces de afrontar”, explica.
Sin embargo, el apoyo externo resultó decisivo. “Había un aluvión de gente que sencillamente decía: ¿Qué necesitas? Dime algo, preséntame listados, necesidades… y nos ayudaron mucho. Si no hubiera sido por ellos y por las familias con su apoyo, hoy no estaríamos aquí”.
PROFESORES TODO TERRENO
La reconstrucción fue tan intensa que los propios profesores se vieron haciendo trabajos que nunca habrían imaginado.
“Si nos hubieran dicho que íbamos a ser contratistas, especialistas en obras, descargando materiales o haciendo cosas en primera persona, no nos lo hubiéramos creído. Pero ha sido así. Hemos estado incluso viniendo sábados y algunos domingos por la necesidad de mejorar la obra y acabar en tiempo récord”, relata Palenciano.

El campo de fútbol del San Antonio de Padua II arreglado
Ahora, con los espacios no solo reparados sino también mejorados, el colegio ha podido arrancar el curso con normalidad, mirando al futuro con un objetivo claro: formar a los estudiantes para que sean las mejores personas posibles.