Así afecta la doble crisis a los niños valencianos: "Situación es extrema"

¿Te acuerdas de la pandemia del COVID?, Parece que hace siglos, los hábitos cambiaron por completo durante 2020, pero no solo los adultos tuvieron que adaptarse, también los niños y adolescentes, quienes enfrentaron desafíos enormes como las clases online improvisadas y la pérdida de rutinas escolares y personales.

A esta situación extraordinaria se suma ahora otro acontecimiento devastador, la Dana que azotó gran parte de la provincia de Valencia. Dos golpes en una misma generación que han creado lo que expertos y asociaciones de padres denuncian como un "doble perjuicio" para el alumnado. 

CURSOS escolares comprometidos: DANA Y COVID  

La Federación de Asociaciones de Padres y Madres (FAMPA) ha levantado la voz, asegurando en COPE Valencia que “la gravedad de la situación es extrema. Tenemos alumnado en una zona concreta que ya ha pasado lo que ha pasado, que han tenido más que suficiente, a los cuales el sistema les ha fallado de manera radical”.

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En algunos municipios afectados, los estudiantes llevan casi dos cursos completos enfrentando obstáculos graves. Primero fue el confinamiento y la educación online durante el COVID, y después la Dana, que a día de hoy continua con reubicaciones escolares, desplazamientos diarios con transporte deficiente y aulas saturadas. "Muchos alumnos llegan entre una hora y hora y media tarde al colegio cada día", según Rubén Pacheco, secretario de FAMPA. 

"Este alumnado ha sido clarísimamente discriminado porque no ha sido la prioridad su atención", denuncian desde las asociaciones familiares.

 Cómo afectaN LAS CRISIS al desarrollo de los niños 

La situación no solo preocupa desde un punto de vista organizativo. Tiene consecuencias reales y tangibles en el aprendizaje. Según un estudio del Science Po de París, en Europa se perdió un 35% del aprendizaje previsto en educación primaria y secundaria durante la pandemia. A esta pérdida se suman ahora los siete meses de alteración provocados por la Dana en Valencia.

Para profundizar en esta problemática, Rafa Navarro, coordinador del Grupo de Trabajo de Pediatría Social de la Comunidad Valenciana aclara que “es evidente que les va a pasar factura a los pequeños, porque supone una ruptura de los elementos básicos para el aprendizaje, la seguridad en el entorno, la rutina de horarios y la estabilidad de compañeros y profesores.”

Navarro alude también a estudios realizados en los años 90 en Estados Unidos que relacionan directamente los acontecimientos adversos en la infancia con consecuencias a largo plazo. "Se concretó que más del 60%, de quienes vivieron más de cuatro experiencias adversas en la infancia, sufrían problemas incluso de salud física cuando eran adultos: adicciones, ansiedad, obesidad, problemas cardiovasculares."

Cómo PODEMOS AYUDAR A LOS NIÑOS TRAS UN TRAUMA

Frente a esta realidad, surge una pregunta fundamental, ¿qué pueden hacer las familias para ayudar a los niños a recuperar la estabilidad emocional y educativa?

En palabras del propio Navarro, “recuperar un poco esa seguridad depende de todos. Primero la tenemos que recuperar los adultos que a veces nos perdemos en conversaciones y discusiones que los niños o jóvenes no entienden.”

Además, sugiere estar especialmente atentos a señales de alerta como alteraciones en el sueño o cambios de conducta, pues pueden ser indicios de malestar emocional. “Estar atentos a eso permite poner en marcha mecanismos para que puedan amortiguar esa falta de seguridad.” 

El caso de los niños y adolescentes afectados por la Dana en Valencia pone sobre la mesa una problemática de fondo: ¿estamos realmente priorizando a la infancia en situaciones de crisis?

A tres días de finalizar el curso escolar, muchos pequeños siguen sufriendo las consecuencias de una emergencia mal gestionada. No se trata solo de recuperar contenido académico perdido, sino de atender su bienestar emocional, reforzar su sentido de pertenencia y devolverles la estabilidad que necesitan para desarrollarse. Como concluye Navarro, “los vulnerables son también ellos, que no tienen los mecanismos de tolerar la frustración que supone el vivir un acontecimiento así.”