Gayà entra en la convocatoria ante el Athletic

Era complicado pensar en otro escenario. José Luis Gayà se hizo futbolista para vivir noches como la de hoy en Mestalla. Cuando vibraba con los goles de David Villa desde la grada como un aficionado más, pensaba en ser protagonista de una de esas noches para el recuerdo valencianista. Y la de hoy, tiene pinta de serlo. Por eso, ha trabajado en dobles sesiones estos últimos nueve días desde su recaída en la lesión de isquiotibial ante el Barça.

No está en plenitud. Lo sabe y lo asume. También Bordalás. Ambos han hablado esta mañana en Paterna tras la sesión de activación del grupo previa a cada partido. El primer paso está dado, se sube al bus y está en el hotel de concentración con el equipo. Como capitán el equipo lo necesita. Es una plantilla joven, apenas con experiencia en partidos de alto voltaje como el de esta noche y, aunque Gayà es insultantemente joven, ya se vio en situaciones parecidas. Sin ir más lejos, la Copa de Sevilla y toda la trayectoria hasta el triunfo final. Los cuartos ante el Getafe, las semifinales ante el Betis, la final ante el Barcelona de Messi. Todo hizo callo.

Bordalás ha convocado a todos los disponibles como era lógico. Ya lo hizo en el viaje a Bilbao al que se sumó, incluso, el lesionado Gabriel Paulista. Hay que recordar que Cillessen,Thierry y Koba Lein se lo pierden por lesión y Maxi Gómez por sanción. Completa la lista de convocados, el central del filial, Cristian Mosquera, un habitual en las convocatorias esta temporada por las constantes bajas de centrales. A pesar de que ahora cuenta con los cuatro sanos, Comert, Paulista, Alderete y Diakhaby, el técnico ha querido premiar la contribución del joven jugador alicantino en esta Copa del Rey.

El resto, concentrados desde el mediodía en su cuartel general habitual, el Hotel Valencia Palace. Alejados del bullicio fallero en las calles, pero soñando, como han alertado los propios futbolistas en sus redes sociales, con el momento en el que, sobre las ocho de la noche, llegarán a la Avenida Suecia para vibrar con un recibimiento, una vez más, a la altura de una gran afición y de un gran partidazo.