60ª aniversario cope valencia

David Casinos: "Tuve dos intentos de suicidio cuando me quedé ciego. El deporte me salvó"

El atleta valenciano consiguió cuatro oros consecutivos en las Paralimpiadas. Campeón del Mundo y de Europa, fue abanderado español en Pekín 2008 y repasa en COPE su trayectoria de vida y deporte

David Casinos, campeón de la vida
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EFE

David Casinos en COPE VALENCIA

Rafa Villarejo

Valencia - Publicado el

9 min lectura

David Casinos Sierra es uno de los deportistas valencianos más importantes de la historia. A los 26 años, la vida le deparaba un revés durísimo, una retinopatía diabética le dejó ciego. Se vino abajo y cayó en una depresión profunda que le llevó incluso en dos ocasiones a pensar en quitarse la vida. Pero la radio, y un anuncio que escuchó sobre el deporte y los discapacitados, le animó a intentarlo. Y de ahí a la gloria. Al olimpo del deporte español. Innumerables sus éxitos, tanto en Europa como a nivel mundial, con numerosos récords tanto en lanzamiento de peso, como en disco. Tiene cinco participaciones en Paralimpiadas, en las que logró cuatro oros consecutivos, Sidney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012, además del bronce en su última participación paralímpica en Brasil 2016. Con esta leyenda del atletismo hemos repasado momentos inolvidables del deporte valenciano y una lección vital como pocas.   

David, ¿qué es de tu vida ahora mismo?

Pues mira, yo como habéis dicho, en el 2016 me retiro, acabo mi vida profesional, como alta profesional, lanzando el disco del peso porque ya estaba también totalmente agotado, mentalmente y también físicamente, porque hay un principio y un fin, yo ya había dado todo lo que podía, gané un bronce, que fue una maravilla, la mejor manera de irme, acabé y luego, las palabras que ha dicho Rafa, pues yo durante ese tiempo ya voy haciendo pequeñas cosas con colegios, un día me llamo a una empresa, un día voy… me doy cuenta de que, bueno, pues oye, va cogiendo esto como un movimiento de que llaman a comunicadores, a oradores, a deportistas y bueno, pues yo hago por formarme, formándome poquito a poco y al final no es que yo sea un gran coach, al final lo que he tratado es de poder contar mi historia de una forma que pueda llegar a tanto a los jóvenes, que pueda ser entendida, que puede llegar a los más adultos y luego, por qué no, dedicarla al mundo de la empresa. Pues esto poquito a poco lo he ido haciendo, me he unido también a proyectos muy chulos como el de mi capacidad en el evento deportivo, con la fundación, hago cosas con las empresas, incluso he montado la mía propia, ¿sabes? O sea que yo jamás pensé que iba a tener una empresa, bueno, más que yo, yo solo aparezco en el nombre, la empresa de mi mujer, Celia Maestre. Esa es, mis ojos y mi amor, la verdad es que yo siempre digo que, bueno, pues que he tenido mucha suerte en mi vida después de la acera y bueno, y es así, y la verdad es que me ha ayudado mucho el sentido del humor, también lo sigo pasando, también paso situaciones complicadas, pero bueno, a lo que yo me preguntaba es, esto es lo que sigo haciendo, moviéndome mucho, viajo, ahora con David Blay, como tú contabas lo del libro, pues me ha ayudado también a montar esta estructura de este segundo libro y el día que presentamos, o sea que, y ya vamos haciendo presentaciones por donde vayamos y que la gente conozca que, bueno, pues siempre hay un punto seguido cuando uno se cae y se puede levantar también.

Casinos lo ha ganado todo en lanzamiento de peso

EFE

Casinos lo ha ganado todo en lanzamiento de peso

David, vamos a ir parándonos un poquito en toda tu trayectoria y en todo lo que has venido contando, no solo en la parte deportiva, sino también en la de coach y sobre todo también pensando en ese libr, pero yo yéndome un poco al balance general, a una visión general de todo, no sé si llegaste a imaginar algún día que conseguirías todo lo que has conseguido en el deporte, en el que al final eres un referente mundial.

Pues no, porque yo realmente, creo que lo he contado más de una vez, yo soy mecánico industrial, o sea, yo realmente estudié en EPLA, me formé en mecánica industrial y un día salió una oferta, una oportunidad para trabajar lo que yo había estudiado, montar motores y se me dio la oportunidad de ir a Ford y montar un motor que se llama Sigma 2000, antiguado hoy en día, y yo fui ahí para allá y en ese transcurso fue cuando me pasó lo de la visión.

Yo jamás pensé que me iba a poner delante de un oftalmólogo, y me iba a ver y me iba a decir que yo tenía un problema muy serio en los ojos, que había que entrar con operaciones y que esa operación ya no volvería a haber. Y eso fue lo que fue el peor desenlace de mi vida, caí en una depresión profunda, porque claro, todo el mundo me ha conocido como deportista, me ha visto subir al podio, pero yo he pasado esa transformación, pero con depresión, he intentado desaparecer muchas veces, no digo muchas veces, pero he tenido dos intentos, bueno lo digo claramente, he tenido dos intentos de suicidio, así lo puedo contar, hacía muchos años que no me atrevía a contar esto, hasta que un día en una charla en Madrid tuve delante una chica que me dijo, tienes que atreverte a hacer estas cosas, porque después ayudas a mucha gente y ahora lo comunico. Esto realmente es lo que me dejó totalmente aislado, mi familia es la que me ayudaba, hasta que un día, escuchando en una radio, escuché que había gente con discapacidad que hacía deporte, y dije, ¿cómo va a hacer gente con deporte si yo estoy aquí en la cama atado? No puedo ni moverme y no sé ni salir con mi madre cogido en el brazo. Bueno, pues esa manera de inspirarme, que hoy vemos que vosotros contáis muchas historias en la radio y en muchos sitios que ahora se oye más a la gente con discapacidad de hacer deporte, en aquellos momentos de 30 años se oía menos, pero yo tuve la suerte de escucharlo y me apunté a la ONCE y poco a poco fui rodando, hasta que me enseñaron a manejar en un club en el que fui yo a Castellarnau, Barcelona, estuve interno ahí mucho tiempo, y me enseñaron a manejar billetes, a manejar bastón, y hasta que empecé a ganarme la vida en un dinero, ahí en Guillem de Castro, en una esquina, vendiendo cupones, y luego me fui a un kiosko en Moncada a vender cupones, y luego estuve 11 años de vida vendiendo cupones de la ONCE, hasta que luego poco a poco pues fui humildemente creciendo, hasta, bueno pues como vosotros lo habéis contado, ser abanderado con David Cal en Pekín 2008, o sea, yo digo, ¿esto cómo es posible? Yo no llego ni a creérmelo, o sea, es verdad, es que es cierto, es que es rocambolesco, dices, ostras, pero bueno, pues cosas como estas es lo bonito que puedo contar.

David eres un campeón de la vida, precisamente por, yo creo que esta conversión, tú ahora mismo has hablado abiertamente de esa situación de depresión máxima que te asola en el momento en el que recibes la noticia, y ahora completamente eres lo contrario, porque eres absolutamente energía, eres vida, eres luz, ha habido una gran evolución, no sé en qué medida el deporte te ha ayudado también a eso, y qué te ha enseñado el deporte en esta vida, en la trayectoria deportiva.

Mira, yo lo defino con algo que para nosotros, incluso para la gente en general, le puede ir muy bien. Poder ser, tener autonomía personal, es decir, dentro de mi dependencia, que tengo mucha, por ser una persona invidente, soy independiente, soy capaz de hacer las cosas desde este lugar por mí mismo.

Su último proyecto es un libro sobre sus perros-guía

Su último proyecto es un libro sobre sus perros-guía

El momento en que yo perdí la visión no podía hacerlas, porque ni tenía herramientas, ni sabía cómo hacerlas, me enfrentaba a un mundo muy incierto, con mucha oscuridad, con mucha incertidumbre, pero desde esa incertidumbre lo que me hizo crecer y poder moverme fue un bastón, tenía herramientas, y poco a poco ser capaz de que podía hacer las cosas por mí mismo, incluso desde esa oscuridad. Luego, dejé el bastón y cogí el perro, y después de coger el perro me subí a una bicicleta. Es decir, es lo que le pasa a muchas personas que viven en la profunda depresión, porque no ven salida, se quedan bloqueados, y yo lo entiendo, porque yo me he visto ahí, no ves escapatoria, pero al momento que vas añadiendo poquito a poco, no lo digo de golpe, sino poquito a poco seguridad dentro de ti, un poco de conocimiento, y de valor, de poder conocerte y poder andar un día un poquito hasta la esquina y otro día vas hasta la estación del metro, y eso va añadiendo mucha seguridad en un ser humano.

Y esto es lo que me ha pasado a mí. Es decir, de poder cogerme de mi madre a después coger un bastón, a dar pasitos, hasta que hoy soy capaz de andar solo, voy con mi perro, llevo a mis hijos al colegio, pues esto es lo que me ha dado a mí la seguridad, es decir, ser capaz de tener autonomía personal. Pero lo digo en serio, esto es lo más valioso que puedo tener.

De tu carrera deportiva, ahora hablabas de tus hijos, ¿cuál es tu momento? Ese que has dicho… igual ya nos has respondido con la bandera, el abanderado. ¿Cuál es el momento que le has puesto más envidio a tus hijos? ¿Cuál es el momento que te quedas?

Mira, ellos… tengo uno de seís, es pequeñito, y ellos no me han visto ni lanzar, ni me han conocido como deportista, ahora tengo 20 kilos más. Pero mi hija sí que me ha podido ver, porque tiene doce años, me la ha llevado a entrenar y todo. Y claro, aquí, en Moncada, tengo un polideportivo, que lleva mi nombre y hay carteles publicitarios con mi imagen. Un día vino mi hijo de 6 años y me dijo, oye papá, pues estás en el polideportivo. Eso es muy grande, pero si me tengo que quedar con un momento, Claro, el de Pekín 2008, ese es el mejor momento de mi vida, vamos, absolutamente.

Porque, bueno, pues yo tuve la fortuna de ver Barcelona 92, con mis propios ojos. O sea, de ver al Príncipe Felipe, de entrar en el estadio olímpico de Barcelona, de verlo, de recordarlo. Claro, no me acuerdo, porque llevo muchos años sin ver, y he perdido muchos momentos fotográficos ya, incluso yo siempre lo digo, curiosamente, que no me acuerdo ni cómo es mi cara ya, ¿eh? O sea, esto es anecdótico, pero no me acuerdo ni mucho de seres queridos, me pasa, ¿eh? Pero tengo ese pequeño recuerdo de Barcelona 92 y, bueno, pues yo tuve el momento que… a mí me llegó una carta, me llamaron, incluso desde la Casa Real, que iba a ser abanderado, o sea, yo no me lo creía, no era consciente de cosas tan bonitas que me han pasado.

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