Fin de la fiesta en Alicante: el Ayuntamiento impone toque de queda al ocio nocturno del Casco Antiguo
Bares y pubs del Casco Antiguo deberán bajar la persiana antes de la una con la entrada en vigor de la ZAS

Aprobada la ZAS del Casco Antiguo: menos mesas, menos ruido y más control policial
Alicante - Publicado el
3 min lectura
El Casco Antiguo de Alicante pone límites al ruido. La Junta de Gobierno Local ha aprobado este martes la declaración definitiva de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) para la zona de la Plaza Quijano y las calles Virgen de Belén y San Agustín, una medida que entra en vigor de forma inmediata y que marca un antes y un después en la convivencia entre vecinos y locales de ocio.
Tras años de quejas, estudios acústicos y alegaciones, el Ayuntamiento da luz verde a una regulación que pretende reducir la contaminación sonora y garantizar el descanso vecinal, sin eliminar la vida en las calles del centro histórico.
Entre las principales medidas, destaca la suspensión de nuevas licencias de actividad para bares, pubs, discotecas y restaurantes, así como la reducción del 50% de las terrazas y veladores ya existentes, tanto en superficie como en número de mesas y sillas. Tampoco se concederán nuevas licencias para terrazas ni ampliaciones de las actuales.
Nuevos horarios de cierre
La ZAS impone además nuevos horarios de cierre para los locales de ocio y hostelería. De domingo a jueves deberán cerrar a las doce y media de la noche, mientras que los viernes, sábados y vísperas de festivo podrán hacerlo a la una. Las terrazas deberán quedar retiradas a medianoche, con una media hora adicional en verano, del 1 de junio al 30 de septiembre.
En el caso de las discotecas, el horario máximo se fija a la una de la madrugada entre semana, y hasta las tres los fines de semana y festivos. También se limita el horario de las llamadas “tiendas de conveniencia” y establecimientos de comidas para llevar, que no podrán abrir entre las 00:30 y las 7 de la mañana.
Además, se prohíben las charangas, pasacalles y bandas de música que acompañen actos privados, aunque se permitirán las que formen parte de fiestas oficiales o eventos festeros.
Menos ruido, más control
La medida incluye también un refuerzo del control policial, especialmente en los horarios de cierre, para garantizar el cumplimiento de las normas. Queda prohibida la venta de bebidas o comida hacia la calle y la instalación de barras o ventanas exteriores, así como el consumo de vasos fuera de los locales.
El vicealcalde y concejal de Medio Ambiente, Manuel Villar, ha señalado que con esta aprobación “se da respuesta a una demanda histórica de los vecinos del Casco Antiguo y se inicia una nueva etapa para reducir los niveles de ruido en una zona especialmente sensible”. Villar ha subrayado que la declaración “no busca castigar al sector hostelero, sino equilibrar los intereses del ocio con el derecho al descanso”.
La declaración llega tras resolver 22 alegaciones presentadas durante el proceso de exposición pública. De ellas, se han estimado parcialmente las de la Asociación de Vecinos-Cultural Laderas del Benacantil y la Asociación de Comerciantes del Casco Antiguo, que pedían un modelo más equilibrado y con medidas reales de control.
Un cambio en el modelo de convivencia
La ZAS del Casco Antiguo se suma a la que ya afecta a calles como Castaños, San Ildefonso, Cándida Jimeno Gargallo y San Francisco, conocidas por su alta concentración de locales y terrazas. En conjunto, el Ayuntamiento pretende poner orden en las zonas más saturadas de ruido y frenar la expansión descontrolada del ocio nocturno.
Además de las restricciones, se ha anunciado la creación de una mesa de trabajo permanente con representantes vecinales, hosteleros y técnicos municipales para hacer seguimiento de la aplicación de la ZAS, resolver incidencias y evaluar los resultados a medio plazo.
También se impulsarán campañas de sensibilización sobre la contaminación acústica, dirigidas tanto a empresarios como a clientes y vecinos, con el objetivo de fomentar una cultura del respeto y la convivencia en el centro de la ciudad.
El Casco Antiguo cambia de ritmo
Con esta declaración, Alicante da un paso importante hacia un nuevo modelo de ciudad donde el ocio y el descanso puedan convivir, después de años de denuncias y tensiones. La medida no está exenta de debate: mientras los vecinos celebran el avance, el sector hostelero teme un impacto en la actividad económica.
Lo que está claro es que el Casco Antiguo cambia de ritmo. Desde hoy, las noches serán un poco más cortas… y, si todo sale según lo previsto, también bastante más silenciosas.