Con la llegada de la primavera, llega el buen tiempo y también las alertas por la presencia de enjambres de abejas en núcleos urbanos. Es la época del año en la que se concentra el mayor número de avisos a los bomberos de nuestra comunidad. En un mes de mayo cualquiera, como éste, después de un invierno suave y una primavera lluviosa, pueden llegar a intervenir hasta en 400 ocasiones, o lo que es lo mismo, pueden llegar a realizar hasta doce salidas al dia.

A pesar de que nos dé miedo cruzarnos con ellas, y que nos resulte molesto encontrarnos con ellas, es importante saber que no son peligrosas. De hecho son imprescindibles para el campo y gozan de una protección especial precisamente por el gran trabajo que hacen para la polinización de las plantas, tal y como nos cuenta en Cope Francisco Cejudo, responsable de Apicultura de los Bomberos de la Comunidad de Madrid. “En ningún caso hay que matarlas. Está prohibido. Cuentan con una doble protección, como animales silvestres y otra como ganado y además polinizan”.

Desde la colmena de origen hasta que se establecen en otro lugar, suele pasar una semana. Pueden posarse en cualquier lugar, como en un parabrisas o en un retrovisor. Cuando nos las encontramos agrupadas, “nunca hay que intervenir, nos dice Cejudo, porque solo nos pican si se sienten amenazadas. Solo hay que llamar al 112 para que los bomberos se encarguen.” Otras veces, son los apicultores los encargados de retirar el enjambre y traslada la colmena.

En caso de que nos pique, hay que quitar el aguijón lo antes posible, sin pinzas para evitar que se esparza el veneno. Hay que lavar la herida, desinfectarla y aliviar el picor con un antihistamínico.