Madrid está cerca de perder el último local en el que se ofrece esta bebida histórica: en riesgo de extinción

José es el dueño del local ubicado en la Calle Narváez

El último aguaducho de Madrid

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El último aguaducho de Madrid

César Bernal

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2 min lectura

En verano, cuando el calor aprieta, las ciudades y pueblos se llenan de bebidas refrescantes. En la Comunidad Valenciana, la tradicional horchata es la protagonista, pero, ¿sabías que antiguamente la horchata se vendía más en Madrid que en Valencia? Sin embargo, el paso del tiempo arrasa con casi todo y una gran prueba son los aguaduchos, quioscos tradicionales que comenzaron vendiendo agua fresca en cántaros de barro y que, con el tiempo, se  fueron convirtieron en auténticos templos de la horchata, el agua de cebada o los granizados.

José es el dueño del ‘Kiosko de Horchata Narváez’, el último aguaducho de Madrid. Nuestro protagonista le ha explicado el funcionamiento de un negocio familiar que lleva ya 81 años a Javi Hierro, dueño de la cuenta de Tik Tok ‘javi.hierro’.

Horchata de chufa

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Horchata de chufa

Tres ingredientes que reúnen tradición y sabor

España es uno de los países en los que se consume más cerveza del mundo. Por este preciso motivo, escuchar la palabra cebada, ya nos lleva directamente ahí, sin embargo, no es la única bebida producida a partir de este famoso cereal. El agua de cebada es mucho más que un simple refresco, es una tradición ancestral que ha recorrido generaciones.

Preparada a partir de la infusión de granos de cebada, esta bebida ha sido apreciada por su suave sabor y sus propiedades digestivas. En el antiguo Madrid, el agua de cebada se convirtió en el compañero ideal para combatir los calurosos veranos, ofreciendo una alternativa natural y saludable frente a las bebidas industriales. La receta es muy sencilla: “Cebada tostada, azúcar moreno y agua”, explica José.

Agua de cebada

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Agua de cebada

Más de 80 años de legado

En la calle Narváez, un aguaducho familiar mantiene viva una costumbre centenaria: la venta de horchata y agua de cebada. Fundado hace más de 80 años por emigrantes alicantinos, este establecimiento es hoy el único superviviente de los casi 300 aguaduchos que llegaron a llenar las calles madrileñas a mediados del siglo XX

Con orgullo familiar y cuidado artesanal, continúa refrescando a los madrileños, preservando un legado que supera las ocho décadas y que promete seguir dando guerra: “Mientras que el cuerpo aguante, yo voy a intentar seguir manteniendo esta tradición tan bonita que tenemos”, explica el dueño del quiosco.

7 millones de litros vendidos

Durante la segunda mitad del siglo XX, la horchata se convirtió en la bebida favorita de los madrileños. En 1959, se vendieron nada menos que siete millones de litros de este refresco natural, elaborado con chufa molida, agua y azúcar, en definitiva, era el principal reclamo de los aguaduchos.

Un quiosco de valencia

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Un quiosco de valencia

Una bebida que puede ser acompañada de fartons, pero que en los años 80 vivió un cambio importante: “Sanidad nos prohibió hacer la horchata en la calle”, cuenta José. Por otro lado, los granizados son íntegramente fabricados en el quiosco. Un único aguaducho para mantener una historia que se remonta a los años 50

Herrera en COPE

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