Científicos catalanes hallan la clave contra los microplásticos: bacterias que se comen el plástico del mar
El centro tecnológico Eurecat identifica microorganismos marinos capaces de degradar los plásticos para combatir la creciente contaminación del mar de forma natural

El centro tecnológico Eurecat identifica microorganismos marinos capaces de degradar los plásticos
Barcelona - Publicado el
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La contaminación por plásticos se ha convertido en uno de los problemas medioambientales más graves de nuestro tiempo. Cada día, toneladas de residuos acaban en los océanos, fragmentándose en partículas diminutas conocidas como microplásticos y nanoplásticos. Estas partículas, invisibles a simple vista, ya han entrado en la cadena alimentaria y, en consecuencia, en nuestro organismo. Aunque todavía se investiga el alcance total de su impacto en la salud humana, la preocupación es máxima. En este contexto, el centro tecnológico Eurecat ha puesto en marcha un innovador proyecto que busca una solución en la propia naturaleza: bacterias capaces de alimentarse de estos plásticos y eliminarlos del medio marino.

El proyecto, bautizado como Micro-World Portos, tiene como objetivo principal "identificar bacterias que son capaces de degradar microplásticos en el medio marino"
Bacterias ‘devoradoras’ de plástico
El proyecto, bautizado como Micro-World Portos, tiene como objetivo principal "identificar bacterias que son capaces de degradar microplásticos en el medio marino", según explica Roger Mariné, jefe de la línea de estudios de la unidad de Nutrición y Salud de Eurecat. La idea no es crear organismos nuevos en un laboratorio, sino encontrar y utilizar los que ya existen en el mar. "La idea principal es poder utilizar el máximo de forma natural", subraya Mariné, destacando que no se trata de modificar genéticamente ninguna bacteria. La investigación se centra en aprovechar los microorganismos que ya se han adaptado a vivir en los residuos plásticos que flotan en el agua.
El nivel de microplásticos y nanoplásticos es realment preocupante"
El enfoque es doble. Por un lado, los científicos se dedican a "identificar y caracterizar todas aquellas bacterias que ya pueden trabajar adheridas en aquest microplásticos". Por otro, se emplean potentes herramientas bioinformáticas para analizar la información genética de miles de microorganismos y predecir cuáles de ellos poseen los genes necesarios para descomponer los polímeros del plástico. El gran avance sería que los propios plásticos degradados sirvan como "el propio substrato que alimenta a la bacteria", eliminándolos por completo del mar en un ciclo natural y sostenible.
El Mediterráneo como laboratorio
Para que la solución sea efectiva, es fundamental que las bacterias estén adaptadas a las condiciones locales. Por ello, la investigación se está llevando a cabo en un lugar estratégico: la costa de Tarragona, concretamente en la playa de la Pineda. Esta es una zona de gran interés turístico y, por tanto, con una potencial alta concentración de plásticos, lo que la convierte en un laboratorio ideal. Al utilizar bacterias autóctonas, los investigadores se aseguran de que estos microorganismos ya están preparados para sobrevivir y actuar en las condiciones del mar Mediterráneo, incluyendo su salinidad y temperatura, factores clave ante el actual contexto de cambio climático. "Si se consigue sin allá y caracterizado, sería muy más fácil apropiarlas en una solución real", comenta el experto de Eurecat.
Los científicos son conscientes de la magnitud del problema y del alarmante nivel de contaminación que enfrentamos. "El nivel de microplásticos y nanoplásticos es realment preocupante", admite Mariné, señalando que la sociedad todavía no es del todo consciente de la gravedad. Este proyecto busca sentar las bases para revertir esta situación, aunque el camino es complejo. La degradación mediante bacterias sería "molt más rápida" que la descomposición natural, que puede tardar cientos de años, pero se necesita una gran cantidad de estos microorganismos para hacer frente al volumen de plástico existente.
Retos y futuro de la investigación
El proyecto se encuentra actualmente en una fase de investigación básica, sentando las bases de conocimiento para futuras aplicaciones. Uno de los mayores desafíos es la seguridad. El equipo de Eurecat debe asegurarse de que las bacterias seleccionadas no sean perjudiciales para la salud humana u otros seres vivos del ecosistema marino. Es crucial evaluar que los microorganismos "sean seguros, porque muchos que podemos encontrar son patógenos", explica Mariné. El objetivo es claro y lo resume con una frase contundente: "No vamos a vestir un santo desnudando a otro".
La meta a largo plazo es desarrollar tecnologías de filtrado de agua a gran escala que incorporen estas bacterias para limpiar el mar de forma eficiente. Aunque todavía queda camino por recorrer, esta línea de investigación representa una de las esperanzas más firmes para solucionar un problema que nos afecta a todos. La solución, una vez más, podría estar escondida en la propia naturaleza, esperando a ser descubierta para reparar el daño causado por el ser humano.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.