Niños y adolescentes duermen poco y esto tiene consecuencias
El 4% de los menores se duerme en clase, según un estudio del Hospital Sant Joan de Déu

Crónica de Yolanda Canales sobre el estudio Faros del Hospital Sant Joan de Déu
Barcelona - Publicado el - Actualizado
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El 30% de los menores de cinco años tiene insomnio y el 52% de los adolescentes duerme menos de ocho horas, según el estudio Faros del Hospital Sant Joan de Déu. Y esto, pasa factura. Los especialistas advierten que dormir poco altera el crecimiento, dificulta el aprendizaje y puede ser la puerta de entrada a la obesidad.
Es un trastorno "mucho más prevalente del que la gente se piensa" y que los expertos reclaman equiparar a la nutrición, el ejercicio físico o la salud mental para garantizar el correcto desarrollo de niños y adolescentes.
Los datos son "especialmente preocupantes" en adolescentes, puesto que más de la mitad duerme menos de ocho horas y en el 24% de los casos se ha detectado un peor rendimiento escolar. La carencia de sueño también provoca alteraciones en el crecimiento, de conducta y de salud, con más predisposición a la obesidad, la hipertensión o la diabetes.
¿Qué es el 'jet lag social' que sufren los adolescentes?
Otros datos del estudio señalan que un 17% de los menores van con sueño en la escuela y el 4% se duerme en clase. En adolescentes, la carencia de sueño provoca que a un 84% los cueste despertarse, puesto que presentan el llamado 'jet lag social', que es la alteración del momento de ir a dormir respecto del fin de semana.
El 'jet lag social' es un concepto que describe el desfase entre el reloj biológico interno de una persona y los horarios sociales impuestos, como los del colegio o el trabajo. En los adolescentes, este fenómeno es especialmente común y problemático.
Durante la adolescencia, el reloj biológico (o ritmo circadiano) se retrasa naturalmente. Esto significa que los adolescentes tienden a sentir sueño más tarde por la noche, más allá de las 23h.
Necesitan dormir entre 8 y 10 horas para tener un descanso óptimo y, sin embargo, los horarios escolares suelen exigir que se levanten muy temprano, a veces antes de las 7h, y eso interfiere en la calidad de su sueño. "Es como tener jet lag todos los lunes por la mañana", dicen los expertos. "Los horarios de los institutos van contra natura".

El 4% de los menores se duerme en clase
Este cambio constante entre el “horario social” (colegio) y el “horario biológico” (natural) genera un desfase similar al que se siente al viajar entre zonas horarias.
poco tiempo libre
Los expertos coinciden en que los niños y adolescentes acaban por tener poco tiempo libre para su "interés lúdico" y esto los provoca una "pobreza de tiempo" que acaban "robándole" a las horas que se tendrían que destinar a dormir, imprescindible para la recuperación física y mental necesaria para el día siguiente.
La solución, piden los profesionales, tiene que ser integral. "El sueño en los primeros años de vida es como un paraguas que protege el desarrollo del niño", dicen los expertos. En este sentido, el jefe de la unidad de Trastornos del sueño de San Juan de Dios, Òscar Sans, alerta que vivimos en una sociedad "privada de sueño" con múltiples afectaciones al desarrollo.
Sans pide "replantearse" la importancia del sueño a todos los niveles y ponerla también como pilar de "el edificio de la salud", junto a la nutrición, el ejercicio físico o la salud mental. "Se le da mucha menos importancia de la que le correspondería y su alteración provoca más efectos del que podemos pensar", añade el director de Planificación de San Juan de Dios, Josep Serrat.

Presentación del estudio Faros de Sant Joan de Déu
En su conjunto, se estima que uno de cada tres menores presenta algún tipo de trastorno del sueño. Los más frecuentes son el insomnio, trastornos respiratorios, enfermedades del sistema nervioso que provocan somnolencia diurna, trastornos del ritmo del sueño que se caracterizan por un retraso con el inicio del su nocturno, el sonambulismo o los terrores nocturnos.