¿Eres de los que le cuesta volver a la rutina?
La sensación de ansiedad, agotamiento y falta de concentración puede durar entre 10 y 15 días

La vuelta a la rutina puede venir acompañada del síndrome postvacacional
Barcelona - Publicado el
3 min lectura
Ha llegado septiembre ha llegado, y con él, la temida vuelta a la rutina. Para muchos, el regreso al trabajo tras las vacaciones no es solo cuestión de cambiar el bañador por la agenda: también implica enfrentarse al llamado síndrome postvacacional, una especie de resaca emocional que puede afectar tanto al cuerpo como a la mente.
Aunque algunos lo consideran un mito, los expertos aseguran que es muy real. Según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), este síndrome afecta especialmente a personas menores de 45 años y puede durar entre 10 y 15 días.
Los síntomas más comunes incluyen cansancio, desmotivación, ansiedad, alteraciones del estado de ánimo, falta de concentración, sudoración y un descenso general del rendimiento.
¿a quién le afecta más?
No todos lo sufren con la misma intensidad. Los expertos explican que los trabajadores más propensos son aquellos que tienen dificultades para gestionar la frustración, han disfrutado de vacaciones largas, trabajan en entornos poco favorables o no se sienten valorados en su puesto.

No todos sufrimos el síndrome postvacacional con la misma intensidad
También influye la relación con los superiores y el grado de satisfacción con el trabajo.
lo que dicen los expertos
El regreso puede generar ansiedad por la acumulación de tareas y la necesidad de readaptarse al ritmo laboral. Por eso, los especialistas proponen ver el retorno como una oportunidad para reconectar con el propósito de la organización y fomentar el bienestar emocional desde las empresas.
Los psicólogos del Col·legi Oficial de Psicologia también recomiendan prestar atención a los cambios de comportamiento, como la baja productividad o el aumento del absentismo, para detectar si alguien está atravesando este síndrome.
La buena noticia es que hay formas de suavizar el golpe:
1. Desconectar de verdad durante las vacaciones. Hay que evitar revisar correos o atender llamadas laborales. El descanso real es clave para volver con energía
2. Pensar en positivo. Reflexiona sobre lo que te aporta tu trabajo. Si no encuentras nada que te motive, quizá sea momento de replantearte tu situación laboral.
3. Recupera el ritmo de sueño. Volver a los horarios habituales unos días antes de reincorporarte ayuda a que el cambio no sea tan brusco.
4. Organiza tu regreso. Agenda una reunión con tus compañeros para ponerte al día y prioriza tareas. No intentes hacerlo todo el primer día.
5. Cuida tu cuerpo. Retoma la actividad física y una dieta equilibrada porque puede mejorar tu estado de ánimo y ayudarte a recuperar la vitalidad.
6. Haz pequeños planes. Tener algo que esperar, como una cena con amigos o una escapada de fin de semana, puede ayudarte a mantener la motivación.
también puede afectar a los niños
El síndrome postvacacional también puede afectar a los niños, aunque de forma distinta a los adultos. Se trata de un estado emocional transitorio que aparece cuando los pequeños deben volver a la rutina escolar tras unas vacaciones largas.

Los ñiños también son víctimas del síndrome postvacacional
Aunque solo se estima que afecta a menos del 8 % de los niños, puede manifestarse con síntomas como irritabilidad, tristeza, falta de apetito, ansiedad, trastornos del sueño o rechazo a las rutinas escolares
Este malestar suele estar relacionado con el temor a madrugar, la pérdida de tiempo libre y la imposición de deberes. Además, factores como el estilo de crianza, la estructura familiar, conflictos escolares o incluso el bullying pueden intensificar el problema.
Los niños, al tener menos herramientas para expresar lo que sienten, pueden mostrar su incomodidad a través del comportamiento más que con palabras.
Para ayudarles, los expertos recomiendan una transición suave: retomar horarios con antelación, preparar juntos el material escolar, fomentar la comunicación y evitar presiones. También es clave acompañarlos emocionalmente en los primeros días de clase, mostrando comprensión y seguridad.



