Conservación segura de huevos cocidos y tortillas: claves para evitar riesgos

Conservar correctamente los huevos y las tortillas es esencial para evitar intoxicaciones alimentarias. Una buena gestión de la refrigeración y el consumo dentro de los plazos adecuados puede prevenir riesgos como la salmonelosis. Huevos crudos con cáscara: hasta cuatro semanas

Los huevos crudos con cáscara pueden conservarse en la nevera hasta cuatro semanas después de la puesta. Se recomienda guardarlos en su envase original y colocarlos en la parte media o superior del frigorífico, donde la temperatura es más estable.

La fecha de consumo preferente suele ser de 28 días tras la puesta, pero si el huevo ha estado bien refrigerado y la cáscara está intacta, se puede consumir más allá de esta fecha, siempre que se cocine completamente. Huevos cocidos con cáscara: una semana de margen

Un huevo cocido con cáscara puede conservarse en la nevera durante una semana. Tras la cocción, es importante enfriarlo rápidamente sumergiéndolo en agua fría o con hielo.

Una vez frío, debe guardarse en un recipiente hermético con papel de cocina para absorber la humedad. Huevos pelados: consumo inmediato

Los huevos cocidos y pelados deben consumirse el mismo día. Al retirar la cáscara, el huevo pierde su protección natural contra la contaminación, aumentando el riesgo de proliferación bacteriana. Tortillas: máximo dos días en la nevera

Las tortillas deben consumirse inmediatamente después de su preparación o conservarse en la nevera y consumirse en un máximo de dos días. Esto es especialmente importante en verano o en días calurosos, ya que las altas temperaturas favorecen el crecimiento de bacterias. Recomendaciones generales

Seguir estas pautas ayuda a garantizar la seguridad alimentaria y a prevenir posibles intoxicaciones. Una correcta conservación de los huevos y las tortillas es fundamental para proteger la salud de toda la familia.