Muere Robert Redford a los 89 años: adiós a un icono de Hollywood con fuertes lazos con Barcelona
Robert Redford no fue solamente un intérprete o director: fue alguien que sintió el cine como una herramienta de cambio

Muere Robert Redford
Barcelona - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El mundo del cine despide hoy a uno de sus grandes referentes. Robert Redford, actor, director y activista medioambiental, falleció esta mañana del 16 de septiembre de 2025 a los 89 años. La noticia fue confirmada por The New York Times, que explicó que el intérprete murió mientras dormía en su residencia de las montañas de Utah, cerca de Provo. Aunque todavía no se ha comunicado una causa concreta del fallecimiento, el impacto ha sido inmediato: Hollywood y la comunidad artística internacional lloran la pérdida de un hombre que, más allá de la fama, dejó una huella imborrable en la cultura cinematográfica.
Un legado cinematográfico eterno
Robert Redford protagonizó algunos de los clásicos definitivos del cine moderno. Su salto al estrellato llegó con Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969), compartiendo pantalla con Paul Newman, y desde entonces alternó papeles que mostraban su carisma con otros que exigían profundidad dramática. En The Sting (1973) nuevamente dio muestras de su versatilidad interpretativa, y en All the President’s Men (1976) encarnó a un periodista implicado en el escándalo Watergate, una obra que sigue siendo referente en cine político. Como realizador, Redford destacó desde su debut con Ordinary People en 1980, filme que le valió los Oscar a mejor película y mejor director; más adelante, su película Quiz Show (1994) reafirmó su interés por historias basadas en hechos reales y dilemas éticos.
Además de su carrera en la pantalla, Redford creó el Sundance Institute y el Festival Sundance, centros neurálgicos del cine independiente. Desde allí apoyó a directores emergentes, promovió formatos menos comerciales y nunca dejó de insistir en que la autenticidad artística y la responsabilidad social pueden ir de la mano.
La relación con Cataluña y España
Aunque su vida profesional estuvo mayoritariamente ligada a Estados Unidos, Redford sintió siempre una fuerte conexión con España y en particular con Cataluña. De joven recorrió el sur del país, vivió temporadas en lugares como Mijas o Mallorca, y realizó varios viajes por Barcelona, Madrid y otras ciudades mediterráneas que le nutrieron creativamente. Es en esos espacios donde encontró algo de la luz, los paisajes, la cultura local, la sencillez vital, elementos que luego contribuyeron a su sensibilidad artística.
Robert Redford no fue solamente un intérprete o director: fue alguien que sintió el cine como una herramienta de cambio. Su activismo ambiental fue constante, dando voz a documentales y proyectos audiovisuales desde The Redford Center. Siempre habló de la naturaleza no solo como fondo paisajístico, sino como asunto urgente, digno de defensa y cuidado.
En conversaciones públicas también expresó opiniones fuertes sobre el rol del periodista y del documentalismo, defendiendo la honestidad y el compromiso en la narración de historias, así como el valor humano que trasciende lo puramente comercial.
Barcelona y Cataluña como escenario de inspiración
Aunque Barcelona no aparece en muchas de sus declaraciones públicas cuantificadas como Mijas o Mallorca, sí formaba parte de ese conjunto de experiencias españolas que Redford valoraba profundamente. El sur del país, el mar Mediterráneo, las culturas locales y la diversidad estética de ciudades como Barcelona le ofrecían espacios para observar, para sentirse cercano a realidades distintas, para respirar un ritmo menos acelerado al de Los Ángeles o Nueva York.
Un recuerdo que no se apaga
Robert Redford deja atrás una filmografía que seguirá siendo estudiada, vista y amada. Más allá de sus logros —los premios, los roles memorables, su dirección—, queda una persona que cultivó el respeto por el arte, por la naturaleza y por la cultura más allá de las fronteras nacionales.
En Cataluña, en Barcelona, en España entera, muchos lo recordarán no solo por sus películas, sino por esas instancias humanas en las que decía “tengo un afecto especial por este país”, por ese interés genuino por la cultura local, por esa mezcla singular de estrella global y viajero sensible.



